- Hace un año se declaró el estado de alarma. ¿Qué cree que se ha hecho bien y qué se debería haber evitado?

- Los esfuerzos y recursos se centraron en un corto periodo, como si después del pasado verano la actividad hubiera vuelto a la normalidad. Por ello, cabe destacar el comportamiento de los colegiados para cumplir las medidas sanitarias. Para dicho fin, se confeccionó el primer decálogo específico para agentes comerciales, con medidas de prevención que garantizasen un ejercicio seguro y responsable de la actividad. Los agentes comerciales lo pasamos muy mal, ya que fue un parón general y la actividad se nos paró como a todo el mundo, pero después de un año seguimos algunos sectores igual o peor que cuando empezó. Considero que el textil tardará tres años o más en recuperarse, siendo optimista.

- ¿Qué considera prioritario en esta nueva etapa en la que nos encontramos?

- En primer lugar, hay que seguir alerta con la situación sanitaria y trabajar con creatividad, utilizando todos los medios que tenemos a nuestro alcance para aguantar y persistir, adelantando el tránsito de bienes y mercancías e intentando que los daños no nos lleven a pique. Por tanto, las ayudas de las administraciones tienen que ser una prioridad. El objetivo es que entre todos salgamos adelante. Si miramos al horizonte y se llega la base logística del Ejército, podremos mirar el futuro con una perspectiva más halagüeña, con lo que beneficiará a todos los sectores económicos.

- ¿Se muestra optimista con una pronta recuperación de la economía de Córdoba/de su empresa y por qué?

- Siempre hay que estar con optimismo. Yo, de hecho, lo soy por naturaleza. Hay sectores, como el mío, el de la confección, que esperamos que arranque con fuerza cuando se disipe esta incertidumbre. Después de la tormenta analizaremos las heridas y realizaremos un tratamiento, pero estoy seguro de que se producirán algunos cambios estructurales y de hábitos de consumo que han venido para quedarse. Tenemos que determinar a qué dedicaremos nuestros esfuerzos de cara al futuro.

- ¿Cuál ha sido para usted la mayor enseñanza de esta situación?

- Sobre todo la constancia y la determinación de nuestra profesión para adaptarse a las restricciones y sin rendirse a las actitudes catastróficas. Creo que se inicia una nueva etapa en la que esperamos que se invierta en otros sectores económicos y no lo centremos todo al turismo y la construcción. Esto ha demostrado nuestra vulnerabilidad y sacar la parte buena del ser humano. Con esto, deseo y espero que Córdoba vuelva a la senda del desarrollo de todos los ciudadanos que vivimos en ella.