Sebastián Ventura, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Córdoba y subdirector del Instituto Andaluz Interuniversitario en Ciencias de Datos e Inteligencia Computacional (DaSCI), ha desarrollado la inteligencia artificial durante 20 años de su vida. O, se podría decir, que dos décadas de inteligencia artificial han desarrollado su vida. Desde finales de los 90, es testigo de los avances de una materia que se acerca cada vez más al día a día. En Córdoba, la base logística del Ejército de Tierra ha puesto en el foco a la investigación. Vehículos que muevan tanques de 40 toneladas, impresoras en 3D o una red 5G que conecte cada punto de la base forman pequeños eslabones de un proyecto que promete ser pionero en España y referente europeo. Y que ya brinda nuevas oportunidades.

- La base logística ha venido a poner en el foco a la inteligencia artificial y a las tecnologías. Pero, ¿de dónde partía Córdoba?

- En la Universidad de Córdoba hay varios grupos de investigación que trabajan en el área de Inteligencia Artificial. Habrá unas 30 personas investigando. El equipo que dirijo se dedica fundamentalmente a ciencia de datos, relacionada con las técnicas de inteligencia artificial. Desarrollamos tanto modelos predictivos como modelos que intentan describir comportamientos. El grupo lo fundamos en el 2009. O sea, que llevamos más de 10 años con la batalla. Y yo, en concreto, ya venía de un grupo de investigación más antiguo que fundamos a finales de los 90. En Córdoba se está trabajando en inteligencia artificial desde finales de los 90. Estamos en un nivel razonablemente bueno. Los grupos que hay ahora mismo son grupos que tienen financiación, tanto a nivel nacional como de proyectos europeos o andaluces. Y se están haciendo proyectos con empresas en distintos ámbitos. No somos los más potentes de Andalucía, pero estamos bastante bien.

- La inteligencia artificial y la investigación van muy ligadas al desarrollo del tejido empresarial, ¿no?

- Sí. De hecho, acabamos de arrancar el Instituto Andaluz en Ciencias de Datos e Inteligencia Computacional. Y ese instituto se ha creado no solo con voluntad de hacer investigación pura, sino de transferir conocimiento al tejido empresarial. No solo ofrecerle información técnica a los estudiantes, sino ofrecer información de concienciación a los empresarios o a los directivos de las empresas, que entiendan qué es la inteligencia artificial, qué se puede hacer y qué no, para que puedan entrar en contacto con los grupos y se puedan lanzar proyectos en los que nosotros podamos aportar, pero que reviertan en beneficio para las empresas.

- ¿La base logística ha tenido ya importancia en cuanto a visibilidad para la investigación?

- Para nosotros ha tenido una visibilidad. Se ve que esto de la base logística ha hecho que algunas personas también empiecen a conocernos un poco más, nos están contactando y está saliendo algún proyecto. También, si existe la posibilidad de colaborar con ellos, nos están planteando retos que son interesantes y que pueden ser de utilidad. Desde el punto de vista de la ciudad, espero que sea un revulsivo. Yo en lo que he puesto mi granito de arena es en la parte de investigación y la colaboración que estoy haciendo con ellos.

- Uno de los últimos proyectos que habéis desarrollado consiste en el mantenimiento predictivo de los vehículos.

- En eso estamos. Vamos buscando modelos cada vez más precisos, con fuentes de información suficientemente fiables. En cualquier aplicación de inteligencia artificial, por no decir en todas, la clave está en los datos. El sistema aprende a partir de los datos. En el caso de los camiones del Ejército, el sistema será mejor cuanto más información tengamos. Clásicamente el mantenimiento se ha hecho esperando un tiempo prudencial para que sepas que no se va a romper la pieza y a lo que se tiende hoy en día es a intentar alargar esa duración, pero que no aguante como para que se rompa. Es buscar un equilibrio entre lo más extremo, esperar que se rompa, y lo más conservador, tenerlo arreglado al principio. En cualquier caso, buscar un punto intermedio que te suponga el ahorro más grande de dinero.

- El general Enrique Ruiz, en el taller de arquitectura tecnológica de la base, en el que participó, dijo: «Parte de lo que necesitamos no está en el mercado, aún no existe». ¿Qué se necesita crear?

- Muchas cosas. Hay dos tipos de cosas que se pueden hacer. Por una parte están los proyectos nuevos, problemas nuevos, que ellos necesitan y que nadie ha resuelto hasta ahora, que requieren investigación. En la presentación hablé de videovigilancia, optimización de recursos, energías renovables... Y, por otra parte, hay problemas, que son más de innovación, que se trataría un poco de adaptar tecnologías que, más o menos, ya existen pero en términos de los requisitos que ellos plantean. Los vehículos autónomos. A ellos los que les gustaría es hacer un vehículo de ese tipo. De hecho, ya han empezado a desarrollarlo. Pero que tirara de un tanque.

- ¿De un tanque?

- De un tanque. Eso son 40 toneladas, a parte de lo grande que es. Entonces surgen problemas: cómo se mueve eso, los giros cuando pase por el taller... Ese tipo de tecnologías no se han desarrollado. Se han desarrollado vehículos autónomos, pero para mover una cosa tan grande y tan pesada... Ahí la línea entre la investigación y la innovación es un poco fina. Lo que van a hacer es aprovechar las tecnologías que ya hay, mejorarlas para poder resolver ese problema. Tecnologías como el 5G tendrían que tener mucha importancia en la base, porque se trataría de tener todos los dispositivos comunicados por red. Ese tipo de cosas ahora mismo se están desarrollando. Es una oportunidad buena, claro. Y eso va a depender un poco de cómo evolucione la cosa. Si hay grupos de investigación dispuestos a mover sus líneas hacia las necesidades que se planteen en la base logística, que puede ser bastante interesante. Otro tema que sé que les interesa es la fabricación aditiva, las impresoras 3D. Ellos quieren utilizar impresoras 3D para desarrollar repuestos. Si quieres hacer una tuerca, necesitas que sea de un material suficientemente resistente. Si lo quieren utilizar para llevarse una impresora 3D a un sitio donde estén desplazados y se les estropea algo, les interesa más llevarse una impresora que tener que llamar a la base para que empaqueten las piezas y las manden para allá. ¿Interesa? Claro que interesa. ¿Puede ser una oportunidad para grupos de Córdoba? Sí, y de otros sitios.

- ¿Será esta base pionera o hay algún precedente?

- En España no. La voluntad que hay es de que sea un ejemplo, de que sea una cosa revolucionaria. Esa es la idea que tienen desde el principio. La base que mostraron en el taller donde presentaron la base logística hablaba de un montón de innovación, de tecnologías de todo tipo por todos lados y de muchos avances. Incluso a nivel de Europa. Ellos pretenden que la base logística sea un referente no solo a nivel de España, sino a nivel de Europa, que sea la base de referencia en la parte sur de Europa seguro. Por eso es por lo que tienen tanto interés y tanta ilusión en el proyecto, por lo que van a hacer una inversión tan grande.

- ¿Qué necesita la propia investigación para que todo salga como se espera?

La investigación lo que necesita es lo que siempre ha necesitado: dinero y apoyo. Cuando hay medios para poder desarrollar el trabajo, cuando dispones de dinero para poder contratar a gente, cuando le das estabilidad a los investigadores jóvenes para que no se vayan a las empresas... Hoy en día, un problema que tenemos es que en las empresas les ofrecen más del típico dinero que se les paga por una beca de investigación. Un alumno que está haciendo un doctorado cobra menos de lo que paga una empresa. Por lo menos en informática. Entonces, los que se quedan lo hacen por vocación.