La llegada de turistas durante Semana Santa pone a los hoteles en el foco de la creación de empleo y los nuevos contratos. Pero la pandemia del coronavirus ha dejado al sector hotelero como uno de los más afectados a lo largo de este último año. Actualmente, con el 60% de las plazas cerradas, «la ocupación de Viernes de Dolores a Domingo de Resurrección no llega ni al 5%», señala el presidente de la Asociación de Empresario del Hospedaje de Córdoba (Aehcor), Félix Serrano. Pero esto es un bache más en un largo camino recorrido por las empresas del sector.

La ausencia de clientes en hoteles, provocada en gran medida por las restricciones de movilidad, a su vez ha provocado que los establecimientos, vacíos, cierren sus puertas. Pero no solo a los usuarios, también a los trabajadores. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado las primeras cifras de este año sobre el sector hotelero. En enero de este 2021, los empleados de hoteles se situaron en 477, la cifra más baja desde junio del 2020, cuando descendió hasta los 250. Por entonces, el sector estaba recuperándose de la primera ola del coronavirus. Un año después, el INE estima que, de los establecimientos registrados hace un año, en enero, el 47% han permanecido cerrados durante el primer mes del 2021. De ese modo, Córdoba ha pasado de los 194 a los 103. La ocupación hotelera por plazas ha sido hasta un 76% inferior, comparada con la del año anterior por la misma fecha. Y los precios medios han caído entre un 45% y un 50%. Por lo que, a esa falta de clientes y de establecimientos se suma también la ausencia de trabajadores.

De este modo, la pandemia también ha frenado la tendencia positiva de contratación en hoteles. En enero del 2018, se encontraba en 1.177; en el 2019, en 1.244; en el 2020, meses antes de la alerta sanitaria, en 1.281; y, finalmente, este año ha experimentado una bajada en torno al 63% respecto al año anterior. De momento, en lo que se refiere al sector, según la información de Comisiones Obreras (CCOO), «las reservas hoteleras son bastantes escasas aún». Mirando hacia los próximos meses y, en concreto, a las vacaciones de Semana Santa, «aunque finalmente se pueda incrementar algo, no creemos que vaya a tener una gran repercusión en la contratación», explica el secretario general del sindicato en Córdoba, Manuel Casado.

Sin turismo internacional

Para el presidente de Aehcor, que las reservas durante Semana Santa no alcancen el 5% es «un mal menor». ¿Por qué? Simplemente, debido a que supone «la tónica del último año». Por un lado, como señala Félix Serrano, «el turismo internacional está perdido» para este año y el siguiente. Como lo estuvo el pasado 2020. Porque «esta tipología de cliente se contrata a un año vista y no hay nada hecho». Así, con las reservas de Touroperación desaparecidas, que suponen un 45% de las pernoctaciones en la provincia, el sector hotelero sobrevive con el aliento del cliente corporativo y con la esperanza puesta en un turismo nacional que surja de la relajación en las restricciones de movilidad.

Casi un año después de aquel abril que, como recuerda el representante del sector, dejó «situaciones empresariales y personales muy dramáticas», Serrano advierte de que «no hay ninguna medida que palie los efectos de la Semana Santa, de esta ni de la pasada». Desde Aehcor señalan que este 2021 no ha cambiado nada respecto al año anterior. Incluso va a peor. «Se repite la misma situación, pero ahora partimos de una situación dramática para todas las empresas del sector hospedaje, un año sin facturación, un año sin ayudas y sin exoneraciones, descapitalizadas y sin poder dar una garantía a nuestros trabajadores». Para la asociación, el único paliativo que podría ayudar llegaría del apoyo de la Administración. «Llevamos un año a la espera». Y, como señala el presidente, «la cama que hoy queda vacía, nunca más se podrá vender».

Un año sin primavera: incertidumbre, miedo y cuentas que no salen

A sus casi 50 años, Federico tenía unos proyectos, entre los que obviamente se encontraban sus hijos, que, de un día a otro, la pandemia de covid-19 truncó. Ya hace un año. Y los días, para él y para el resto de compañeros, consisten en sobrellevar un miedo y una incertidumbre que, después de dedicar una mitad de su vida al sector servicios, nunca había tenido que aprender de una manera tan brusca. Federico era, hasta marzo del 2020, jefe de recepción en el hotel Los Patios, de Córdoba. A día de hoy, permanece cerrado.

Para Federico, el hotel es como una pequeña familia. Pero a algunos de sus componentes no los ve desde el pasado 4 de noviembre. Había proyectos, se hablaba de ampliar la plantilla incluso, pero el coronavirus les cerró las puertas a un futuro que, a día de hoy, flota sin «horizonte real» en el aire. El jefe de recepción, que es de naturaleza optimista, a pesar de todo, cree que podría haber sido peor. Al menos, el erte impide que los ahorros terminen por hundirse. Haciendo balance entre los escasos ingresos y el dinero reservado, a Federico no le salen las cuentas. Porque el covid, además del trabajo, se ha llevado las pagas extraordinarias y una buena parte del sueldo. «No tenemos los mismos ingresos, pero sí tenemos los mismos gastos», explica.

Cercana la primavera, la pandemia ha terminado por frustrar el sueño de la temporada alta. «Ya no hay temporadas», dice. Según Federico, «la primavera está muerta» y de ella esperan, como mucho, que se asemeje a un buen febrero, lejos de las cifras de los abriles y los mayos cordobeses. A golpe de BOJA, a Federico solo le queda esperar. ¿Qué? Eso quisiera saber, porque, como dice, lo que peor llevan es esa incertidumbre que a muchos compañeros les supone un desgaste psicológico capaz de cambiar la expresión diaria. El jefe de recepción recuerda las lágrimas en los ojos de sus compañeros, los proyectos frustrados, el bajón de los ahorros y solo le queda preguntarse una cosa: «¿Cuánto puede aguantar la empresa?».