Hubo una época en que en la casa de la calle Montero 12, en el barrio de la Axerquía, llegaron a vivir 18 familias. Era uno de tantos patios de vecinos habitados por gente humilde que compartía espacios para lo bueno y para lo malo. Viviendas con baños comunes y poco espacio, pero en la memoria de quienes habitaron aquellas casas queda el recuerdo de un estilo de vida sencillo, donde primaba la solidaridad entre las familias. Aquel era un barrio donde se vivía y se trabajaba, los niños jugaban en la calle y las noches de verano se hacían más llevaderas en el patio, entre macetas y sillas de enea, con el agua fresca del botijo y el aire del abanico.

Ha pasado mucho tiempo y ahora, cuando los últimos inquilinos de aquellas casas van desapareciendo, estos inmuebles son ocupados por hoteles, apartamentos turísticos o tiendas de souvenirs.

No ocurrirá esto en la calle Montero número 12. Seis familias volverán a llenar de vida esta casa patio. La han comprado y ya han iniciado las obras de rehabilitación. La recuperarán para que mantenga el uso residencial con el que fue concebida y le devolverán su esencia, la de una casa de vecinos donde vivir y convivir.

«Todo empezó como un sueño de dos familias para quienes vivir en una casa patio como esta era algo inabarcable», explica Silvia Sirena Camarero, una de las cooperativistas. Ahora, ese sueño es el de un grupo de personas entre quienes hay profesores, como Silvia, un psicólogo, un técnico de sonido, hosteleros, una periodista... Familias de clase media, la mayoría con hijos, que comparten una misma sensibilidad e ideas sobre cómo habitar y relacionarse en y con su barrio.

Podría decirse que se trata de auténticos pioneros. Savia nueva para un barrio amenazado por la despoblación y el envejecimiento. En dos décadas, el casco histórico de Córdoba ha perdido el 10% de sus habitantes, según los datos que en el 2018 manejaba la Gerencia Muncipal de Urbanismo.

La casa patio de la calle Montero 12, antes del inicio de las obras de rehabilitación, fase en que se encuentra en la actualidad y que aún durará unos meses. Foto: PAX PATIOS DE LA AXERQUÍA

Pero además, forman parte de una especie de experimento social. Han creado una cooperativa para comprar el inmueble, hasta ahí, normal. La novedad está en que, frente a la mentalidad tan extendida del piso en propiedad, ellos han adquirido el edificio, pero aquí no hay propietarios. Cada núcleo familiar ostentará el derecho de uso sobre su vivienda. Es lo que se denomina una cooperativa de cesión de uso, que separa la propiedad del usufructo en un intento de evitar la especulación.

«Nos une una filosofía de vida que pasa por compartir y apoyarnos unos a otros. No creamos una cooperativa para construirnos cada uno nuestra vivienda, y cuando se acaba la obra te dan las llaves y ya está», explica Silvia. «Hay que reunirse, discutir, tomar decisiones en grupo, es bonito pero requiere un esfuerzo y, sobre todo, una afinidad ideológica y sensibilidades parecidas».

Proyecto piloto de la asociación Pax Patios de la Axerquía

Tras el proyecto de estas seis familias, hay una forma de entender la ciudad como un espacio en el que debería primar la economía social y solidaria, el vecino sobre cualquier interés especulativo. Y en sintonía con esa forma de ver el mundo, han contado con el apoyo de Pax Patios de la Axerquía, una asociación nacida para impulsar la regeneración urbana del casco histórico con los ojos puestos en las casas patio, tras la que están los arquitectos Gaia Redaelli, Jacinta Ortiz y Carlos Anaya.

«El valor de comunidad que genera la casa de vecinos es la riqueza patrimonial más importante que tiene Córdoba» señala Redaelli para subrayar la trascendencia del proyecto, el primero en ver la luz de la estrategia Pax Patios de la Axerquía. Silvia lo resume así: «La ciudad tiene que ser para los ciudadanos y el turismo tiene que ver la vida de la ciudad, a la gente del barrio, y no un parque temático».

Unas niñas con traje de flamenca durante unas fiestas, en la época en que la casa patio estaba habitada por numerosas familias. Foto: PAX PATIOS DE LA AXEQUÍA