Una fuga de agua que se ha prolongado durante día y medio ha traído de cabeza a los propietarios y trabajadores de varias naves del polígono industrial de Chinales, que durante el miércoles y el jueves veían cómo circulaba en abundancia y sin cesar por el interior de las mismas. Una rotura en el canal del Guadalmellato fue la causante del desaguisado, que estaba muy localizado, entre la avenida de Arnold J. Toynbee (en la parte de la misma que hay junto a la gasolinera de Fuente de la Salud) y la rotonda que hay detrás del Mercadona, en la avenida de Chinales, donde el agua fluía a borbotones cruzando un taller de reparación de vehículos. Tras descartar que la avería fuese de Emacsa, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir estuvo estudiando el problema, que intenta reparar.

Aunque aún no hay versión oficial de lo ocurrido, según la información facilitada por el presidente de la Comunidad de Regantes del Pantano del Guadalmellato, que a su vez preside la Federación nacional de Comunidades de Regantes, Andrés del Campo, explicó a este periódico que la rotura se ha producido frente al parque de la Asomadilla, junto a Fuente de la Salud, donde se ha encontrado un agujero de gran tamaño entre la solera (fondo del canal) y el cajero (paredes laterales). Se da la circunstancia de que por debajo del canal hay galerías subterráneas y conducciones industriales existentes en el polígono desde los años sesenta. Esas galerías se han llenado del agua que salía por el agujero del canal, que ha aflorado después por distintos puntos del polígono y a 500 metros de distancia de la conducción del Guadalmellato.

Tras conocer la existencia de la fuga, Emacsa revisó las conducciones y comprobó que no había ningún problema en su red, por lo que determinó que la avería procedía del canal. A pesar de ello, la empresa trabajó en la zona con bombas para extraer el agua y evitar que afectara también al alcantarillado. Las bombas estuvieron funcionando durante toda la madrugada del jueves y hasta mediodía, cuando la CHG cortó el suministro de agua, acción que no había hecho antes porque, según fuentes de la misma, Emacsa «estaba abastecimiento a la ciudad a través de este canal», de forma puntual y por la reparación de una pequeña avería. Cuando la CHG tuvo la certeza de que esa avería estaba arreglada y que no habría problema de abastecimiento a la capital, interrumpió el suministro. Emacsa, por su parte, aseguró que una incidencia no estaba relacionada con la otra y que el uso del canal fue anterior a la fuga. En cualquier caso, la empresa municipal garantizó que la red principal funciona con normalidad, por lo que el vaciado del canal no pondrá en riesgo el abastecimiento a los domicilios. Por su parte, la CHG estima que el corte del agua del canal para su reparación supondrá una «pequeña parada que será recuperable para los regantes», por lo que prevé una afección mínima. El secretario general de Feragua, Pedro Parias, explica que «dos o tres días pueden aguantar los cultivos», pero más no. Del Campo, por su parte, espera que en dos días haya agua para regar.

Chorros de agua en una de las partes del polígono más afectadas. A.J. GONZÁLEZ

El presidente de los empresarios del polígono, Antonio Navarro, no pudo concretar ayer la cifra de naves afectadas por la fuga. Un trabajador de una de ellas, la de Talleres El Brillante, Javier Repullo, relataba cómo salía el agua «por la pared y el suelo y no podemos enchufar nada», por lo que no han podido trabajar desde que comenzó la rotura, solo achicar agua. Muy cerca, en Mezquita Decoración, Rafael Garrido, contaba la pesadilla vivida durante la madrugada extrayendo agua y cómo se vio sorprendido por «cuatro caños» por los que brotaban «millones de litros que se están tirando». Ninguna de las fuentes consultadas concretaron la cantidad de agua perdida.