Un error de manual

¿Sabía que un contribuyente medio en España dedica 177 días de salario a pagar impuestos?

Y esto, teniendo en cuenta la radiografía social del país, con una tasa de paro superior al 15 por ciento -en Andalucía más del 23-, una perceptible asimetría de renta entre las 17 comunidades autónomas, un tejido empresarial mayoritariamente pequeño y atomizado, un patrón de crecimiento en plena transformación y un escenario macroeconómico que ya modera su marcha con nitidez.

La pregunta es entonces: ¿es necesaria una subida de impuestos?

Con el mayor rigor, es muy posible que haya que ajustar algunas actividades no sujetas a tributación y profundizar aún más en la lucha contra el fraude y, con ello, fijar de una vez las estructuras de algunos impuestos sujetos a demasiados cambios.

Ahora bien, subir impuestos por una cuestión ideológica, que ha demostrado en otras ocasiones su ineficiencia, sin pensar en las consecuencias y, sobre todo, en quienes van a asumir realmente esa carga fiscal, familias, profesionales medios (la asimetria de renta) y empresas, es un error de manual. No político, no. Económico.