Aunque no está considerado por Comercio Córdoba como un centro comercial abierto, el centro histórico forma también parte del estudio, que denuncia la existencia de «gran cantidad de obstáculos en las zonas peatonales». Para hacer frente a ese problema, el informe demanda la retirada de esos obstáculos que dificultan el tránsito, así como la reparación del acerado y de los adoquines, que están en mal estado.

La «escasa e insuficiente» iluminación, que da lugar a «zonas oscuras», está generando «inseguridad», según destaca el informe, en una zona muy visitada por su carácter turístico.

La falta de aparcamientos es también un problema en el casco histórico, aunque, en este caso, la única solución es habilitarlos en zonas próximas, que es lo que demanda el estudio, que también solicita toldos, inexistentes allí, y mejorar la ubicación de los contenedores y la instalación de ecopuntos. Los «malos olores» y la «suciedad alrededor de los contenedores» son constantes también en el conjunto histórico, como la falta de papeleras y de bancos para el descanso de los peatones. Esto lleva a Comercio Córdoba a reclamar más papeleras y bancos y a solicitar aseos públicos para ofrecer un servicio más para los turistas. Como la señalización es «deficiente», el estudio aconseja la mejora de la relacionada con monumentos, museos y organismos públicos.