Un amplio despliegue policial y la actuación de los vecinos, que permanecieron en vela en sus domicilio hasta las 5 de la madrugada, evitaron ayer que decenas de personas tomaran algunas de las viviendas de protección oficial que aún quedan por venderse en la recién construida urbanización del Parque Azahara entre la carretera de Palma del Río y Emily Santa Cruz (junto a la gasolinera), todo ello tras siete horas en donde grupos provenientes del entorno, con mucha presencia de menores, llegaron a rodear la urbanización e intentaron acceder al interior de los edificios, explican vecinos de los bloques que estimaron en un centenar de personas los participantes en el incidente. "Esto no tiene nada que ver con el problema de la falta de vivienda. Esto ha sido un asalto organizado", explicaba ayer una de las vecinas del cerca de un centenar de familias de los tres bloques, que insiste en no dar a conocer su identidad al temer por su seguridad.

Los vecinos coincidieron en señalar que la noche del lunes al martes los intentos continuos de asaltar los bloques y los gritos amenazantes les llevaron a mantener las ventanas abiertas y las luces encendidas para que se viese que sus domicilios estaban habitados. Ayer, incluso, algunos faltaron al trabajo o se turnaron entre las familias de residentes para no dejar sus viviendas desocupadas ni un momento. La Policía, según los vecinos, acudió con rapidez y mantuvo su presencia en el entorno sin llegar a intervenir directamente, aunque aconsejando a los residentes sobre cómo actuar y tranquilizándoles. Pese a ello una vecina tuvo que recibir asistencia por una crisis de ansiedad.

UNA BREVE OCUPACION Tras la madrugada del martes, la mañana de ayer transcurrió sin incidentes hasta que un grupo de personas, a primera hora de la tarde, accedió a una de las viviendas. De nuevo la Policía Nacional se personó a llamada de los vecinos con cuatro vehículos y, según los testimonios, medió para evitar incidentes. A los pocos minutos, los ocupantes de la vivienda decidieron desalojar el inmueble "por voluntad propia", afirmaron a la salida. Por su parte, los residentes mantuvieron ayer numerosas reuniones, a la que se sumaron responsables de Vimpyca, constructora de las VPO. Entre ellos estuvo el propio gerente, Francisco Javier Melero, que reiteró que los incidentes nada tienen que ver con el drama de la falta de vivienda y mostró su solidaridad con los vecinos de los bloques.