Un efecto constatado de la crisis económica en la hostelería cordobesa ha sido el cambio en los bares y tabernas, que, rompiendo una tradición arraigada, han empezado a ofrecer tapas y aperitivos gratuitos acompañando las consumiciones de bebidas. Y, en este marco, han vuelto las migas, camperas o urbanas, con más o menos tropezones , que se han convertido en la comida estrella del otoño y del invierno: sabrosas, fáciles de servir, y, sobre todo... ¡Baratas!