La Virgen de la Salud es una imagen de terracota policromada de poco más de 15 centímetros de altura. Según cuenta la tradición, en el año 1665 unos vecinos del Alcázar Viejo, Simón del Toro y Bartolomé de la Peña, mientras araban en una haza, cercana a la Puerta de Sevilla, encontraron un brocal de pozo que contenía en su interior la imagen de la Virgen. Pronto corrió el rumor de que las aguas del pozo tenían propiedades curativas, hecho que hizo que los cordobeses fueran hasta este lugar para restablecer su salud, comenzando a venerar a la imagen como Nuestra Señora de la Salud. El culto a la imagen permaneció, aunque con gran decadencia, hasta los años 70 del pasado siglo, cuando una riada inundó su ermita que, después, fue cerrada al culto. La Virgen fue repuesta al culto en el año 2009.