La prostitución callejera en el polígono de La Torrecilla es cada vez más visible. Basta con acceder por una de las rotondas de entrada a esta zona industrial para constatar la presencia de mujeres que ofrecen sus servicios a los automovilistas. Y además el fenómeno, que comenzó a detectarse hace un año y medio, lejos de frenarse, "va a más", según advirtió ayer el presidente de la Asociación de propietarios y empresarios de los polígonos Amargacena-Torrecilla (Apreama), Francisco Pérez Cubero.

Las quejas de los empresarios se están incrementando "por el descrédito" que supone esta actividad junto a sus negocios, amén de "por los restos" que quedan en las calles en las que se culminan los servicios de sexo, asegura Pérez Cubero. La preocupación, además, es mayor porque los empresarios temen que el fenómeno, que aparece cada jornada a la caída de la tarde y durante las horas nocturnas, "se extienda a la luz del día, dañe la imagen de las empresas y afecte a la llegada de clientes".

Ante esta situación, y a través de la Mesa de Polígonos Empresariales de CECO, Apreama ha expuesto su preocupación al Ayuntamiento y ha reivindicado una ordenanza municipal que, como en otras capitales andaluzas, prohíba esta actividad a menos de 200 metros de lugares habitados y zonas empresariales. Pero "no vemos que le motive al Ayuntamiento esta ordenanza", apunta Pérez Cubero, que no oculta el "descontento" de los empresarios por la falta de regulación. Así, añade, "tanto a este Ayuntamiento como al que salga de las próximas elecciones le seguiremos pidiendo la regulación" de la prostitución callejera para sacarla del polígono.

El presidente de Apreama explicó ayer que la Policía Local se comprometió a intensificar su presencia en el polígono para disuadir a quienes practican esta actividad, aunque le advirtió de que es "un problema de inmigración" cuya competencia es de la Policía Nacional. En este sentido, Apreama ha enviado un escrito a la Subdelegación del Gobierno, aunque aún no ha recibido respuesta, según Pérez Cubero.