La Gerencia Municipal de Urbanismo, además de ordenar de inmediato el desalojo del inmueble, emitía un comunicado en el que señalaba que "el derrumbe de parte del edificio se produce como consecuencia de las obras de vaciado de tierras en un sótano colindante", a unos seis metros bajo el nivel de la calle. El hormigonado de esa dependencia, destinado a cocheras, dejó ver que los cimientos de la casa están hechos de piedra y arena. De otro lado, CCOO puso en conocimiento de la Inspección de Trabajo que el encargado de la obra contigua advirtió verbalmente al empresario un día antes de la tragedia del peligro que suponían las vibraciones de la maquinaria.