El II Salón Cofrade, que esta tarde cerrará sus puertas, continuó ayer con su intensa actividad. Alrededor de las 11 de la mañana la música de cornetas y tambores inundaba de sones cofrades el recinto ferial, aún con muy poco público.

Ya rozando el medio día, el recinto fue visitado por el subdelegado del Gobierno en Córdoba, Jesús María García, invitado en la presentación de la jornada de puertas abiertas de los cuarteles de Puente Genil.

Muy paulatinamente el público se fue acercando hasta el recinto ferial, aunque su punto álgido no lo alcanzó hasta la tarde, donde un considerable número de cordobeses dedicaron la tarde del sábado a visitar las instalaciones y así volver a comprobar la riqueza patrimonial de la provincia de Córdoba y ver las novedades más insólitas que ofrece el mercado cofrade. "Mira, no se moja", decía una señora señalando un terciopelo bordado, que con un sistema de agua mojándolo demostraba al visitante que los bordados allí fabricados se pueden mojar sin problemas. Y es que en el Salón Cofrade te puedes encontrar de todo: fundas de móvil, pulseras, caramelos, costales en miniatura. Eso sí, siempre con la imagen de los titulares de las cofradías.

Mucho más llamativo resultó una aplicación informática denominada "cofranet", que según los responsables del stand proporciona un sistema interno de organización, publicación y comunicación online entre los hermanos de las cofradías.

Junto a todo esto se encuentra la parte más tradicional de la celebración, es decir, la dedicada a la artesanía cofrade representada por diversos talleres de bordado, orfebrería, imaginería y dorado. Una vez más los artistas cordobeses dan fe del buen trabajo que se hace en Córdoba, sin duda, con diferencia a otros talleres llegados desde otros puntos de Andalucía o la propia provincia.

En cuanto a las actividades paralelas celebradas en el día de ayer, resultó muy interesante la representación de La Pasión según San Mateo ofrecida por la corporación de Apóstoles de Puente Genil o la mesa redonda de imagineros, formada por Antonio Bernal y Francisco Romero, estos maestros de la gubia, rodeados de una gran expectación, fueron desgranando sus duros comienzos hasta llegar a su momento actual considerados por la crítica como unos de los grandes imagineros de Andalucía. Ambos estuvieron geniales.

Ya a última hora de la tarde, en una sala de conferencias repleta, la brillantez de las cornetas de la banda de la Coronación de Espinas, hermandad de la Merced, marcó el final de la apretada agenda cofrade.