Cuarenta médicos de 25 países distintos recomiendan "no excluir las grasas saludables de la dieta" y con esta indicación como centro han elaborado un documento de consenso so presentado ayer durante el sexto congreso de la Sociedad Española de Nutrición Básica y Aplicada celebrado estos días en Córdoba. Los médicos presentes diferenciaron en todo momento las grasas esenciales o saludables, que son necesarias para el desarrollo neurológico, la salud cardiovascular y para prevenir enfermedades degenerativas, de las grasas saturadas y las trans, ambas malas para el organismo y perfectamente prescindibles.

En este sentido, el documento destaca la importancia de "aumentar el consumo de grasas esenciales (buenas)", como los omega 3 y 6, y reducir el consumo de grasas saturadas y las trans (éstas últimas se encuentran sobre todo en la carne de vaca, cerdo, cordero, mantequilla y leche). Y es que, según el doctor Xavier Pintó, del hospital de Bellvitge de Barcelona, "el consumo actual de grasas esenciales es muy bajo y el de las saturadas demasiado alto".

Por su parte, Francisco Pérez Jiménez intentó aclarar ayer que "la grasa no engorda, sino el total de calorías que se ingieren" y especificó que "las grasas deben aportar el 30% de la energía diaria, de las cuales las saturadas no deben superar el 10% ni las trans el 1%".

Para garantizar la distribución, los médicos recomiendan recuperar la dieta mediterránea tradicional y "prescindir de los productos envasados cuya composición grasa no esté clara en la etiqueta, porque pueden incluir aceite de coco, palma o palmito".