NOMBRE PEDRO SOLDADO BARRIOS

EDAD 53 AÑOS

NATURAL DE PALMA DEL RIO

VOCACION SACERDOTE, ES PARROCO DE SAN JOSE Y ESPIRITU SANTO Y PROFESOR DEL SEMINARIO

AFICIONES EL DEPORTE (HA PRACTICADO NATACION, TENIS Y TAEKWONDO), EL CINE Y EL TEATRO

Desde hace un año, Pedro Soldado Barrios es delegado diocesano de hermandades y cofradías, un organismo del Obispado y que atiende pastoralmente al movimiento cofrade.

--¿Cuál es el papel de su Delegación? ¿Qué relaciones mantiene con las Agrupaciones de Cofradías?

--El papel de la Delegación es promover y animar la pastoral en las cofradías, fomentar la comunicación entre ellas, asesorar, estimular la vida y la formación cristiana entre los hermanos, transmitirles las orientaciones de la Iglesia... Con la Agrupación de Córdoba hay una perfecta comunicación y una estrecha colaboración. Con las de la provincia voy contactando poco a poco y va habiendo una buena sintonía.

--¿Qué virtudes y qué defectos ha visto principalmente en el movimiento cofrade cordobés?

--La principal virtud de nuestras cofradías es que están vivas, que tienen inquietudes y que hay un verdadero deseo de ir a más. Como defecto diría que tienen que ser más "hermandades", más escuelas de vida cristiana y de vida de Iglesia.

--¿Son los cofrades particularmente conflictivos?

--En absoluto. Hay tres o cuatro cofradías que tienen "hermanos conflictivos" y que tendrían que plantearse en una reflexión seria qué hacen esos hermanos en esa cofradía cuando no tienen el más mínimo talante cristiano ni eclesial y sus vidas son muchas veces un antitestimonio cristiano. Las demás marchan muy bien.

--¿Cuáles son o deberían ser las principales potencialidades de las cofradías como movimientos de Iglesia?

--Las cofradías tienen que ser un referente cristiano y eclesial en el mundo y en la sociedad de hoy. Y los cofrades deben implicarse como cristianos en los ámbitos donde se realizan como personas, tienen que evangelizar con el ejemplo de su vida.

--Defíname cómo debe ser o cómo le gustaría que fuera un cofrade "normal".

--En primer lugar como cualquier cristiano, tendría que estar enamorado de Cristo. Después tendría que sentirse gustosamente miembro de la Iglesia. Finalmente su pertenencia a la cofradía sería un modo de vivir su fe en hermandad con otros que sienten como él.

--Estamos en Cuaresma. ¿Cómo debe ser la auténtica vivencia cuaresmal, alejada tanto de las exageraciones rituales de antaño como de la superficialidad de nuestro tiempo?

--La Cuaresma es un tiempo en el que los cofrades más sensibilizados aúnan esfuerzos para preparar sus cultos y sus pasos para las salidas procesionales. Tendrían que acompañar ese esfuerzo exterior con una seria preparación interna. Las hermandades tendrían que facilitar esto, organizando para sus hermanos celebraciones de la penitencia, momentos de oración--meditación en los misterios de Semana Santa...

--¿Cómo deben reaccionar tanto las cofradías como la propia Iglesia jerárquica ante la pretensión de reducir la Semana Santa a una expresión festiva, a la que se pretende desligar de su origen litúrgico?

--Nuestras cofradías tienen una vertiente estética muy importante que hay que cuidar, pero lo más importante de la Semana Santa es la vivencia de los grandes misterios de nuestra fe que giran en torno a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Por eso todos --jerarquía, consiliarios y juntas de gobierno-- hemos de aunar esfuerzos para que los hermanos vivan esto. En este sentido hay que destacar el esfuerzo de nuestro obispo, don Juan José, de hacerse presente en muchas celebraciones de nuestras hermandades, no sólo para animarlas espiritualmente, sino para marcarles el camino a seguir.

--¿Qué les falta y les sobra a los cofrades cordobeses de hoy?

--Les sobra todo lo que les impide ser comunidades cristianas vivas, testigos en el mundo de los valores del evangelio. Y les falta, muchas veces, el ser conscientes de que tienen que ser eso: cristianos comprometidos con esta sociedad y que viven su fe, agrupados con alegría.