El poder de las comunicaciones en el siglo XXI es indiscutible y, más concretamente, el de las telecomunicaciones, que se antojan como una herramienta imprescindible para poder vivir el día a día en el ámbito laboral y, cada vez más, en la propia vida personal. Sin embargo, el funcionamiento de todo este entramado tecnológico pasa por su instalación, una responsabilidad en la que Córdoba tiene la suerte de contar con una empresa que se mantiene en el grupo de cabeza dentro de su sector y que, pese a ello, no se detiene ni un instante a saborear los logros obtenidos en la carrera profesional emprendida allá por 1989 en la localidad de Posadas, sino que lucha por no bajar ni un ápice su nivel. Magtel es su nombre, el de la sociedad configurada, y López Magdaleno sus apellidos, los de los cinco hermanos cordobeses que pusieron en marcha este proyecto y hoy se muestran tanto o más ilusionados que cuando comenzaron.

Isidro, Antonio, Juan Luis, Carlos y Mario. Un repóker de trabajadores que con su experiencia y su espíritu empresarial han conseguido hacerse un sólido hueco en este competitivo mundo y, de paso, el reconocimiento de su tierra con galardones como el Cordobeses 2002 que recibirán el próximo jueves. Conocedores de la fibra óptica, aunque también de la fibra sensible que mueve a sus clientes; y vigilantes de la calidad material de sus productos, pero también de la humana que marca su plantilla; Magtel Telecomunicaciones fundamenta gran parte de su éxito, como apunta Isidro López, "mucho trabajo y mucha atención".

¿A qué se refiere con esta última afirmación?

--Creo que es necesario el cuidado continuo de la labor que desempeña nuestra empresa. Hemos de trabajar todos juntos y unidos por un mismo fin; además, es responsabilidad de los propietarios, en este caso mis hermanos y yo, tener siempre presente al personal y mostrarnos a su entera disposición en cualquier momento.

No parece una tarea fácil.

--No sé qué grado de dificultad tiene, pero sí sé que es la única en la que creemos para obtener el desarrollo de la empresa y de todos sus integrantes. Los frutos son difíciles de conseguir pero ésta es la senda por la que hay que caminar.

Para quien no la conozca, ¿podría describir un poco la imagen y las funciones que ostenta su empresa?

--Magtel Redes de Telecomunicaciones es una firma cordobesa que nació en Posadas, de donde somos todos los hermanos López Magdaleno, bajo la categoría de sociedad cooperativa andaluza dedicada a la obra civil y la colocación de redes de telecomunicaciones. Actualmente, acumulamos una valiosa experiencia en toda clase de infraestructuras, situándose nuestras principales líneas de servicio en la instalación de fibra óptica, redes para el transporte de señales, sistemas de radiantes en antenas de móviles y enlaces o la televisión por cable, entre otras tareas.

Una cobertura de servicios tan amplia se corresponderá con multitud de clientes distintos, ¿no?

--Intentamos satisfacer a todo aquel que requiere nuestro trabajo. Uno de los principales logros de la compañía ha sido homologarse con grandes clientes como Alcatel, Auna, Telefónica, Renfe, Gas Natural y muchos otros, a los que consideramos con igual importancia que los citados en estas líneas.

Imagino que los comienzos no serían tan positivos.

--Así es. La entrada en este campo empresarial ha sido progresiva en la familia. Yo soy el mayor de los cinco y en 1978 ya me encontraba trabajando con Telefónica y conociendo el sector. Tras unos años, Mario, Carlos, Juan Luis y Antonio decidieron adentrarse en este área y me embarqué con ellos en un proyecto de futuro que ha ido avanzando poco a poco, paso a paso, pero sin descanso.

¿Han cambiado mucho las cosas entre el antes y el ahora?

--Sí, tanto a nivel particular nuestro como del panorama general que existe. Las telecomunicaciones han progresado de manera rapidísima en las dos últimas décadas y hay que estar continuamente alerta para no quedar rezagado en el sector. Han variado mucho los materiales y elementos en los que se basa nuestra actividad, como el hecho de haber pasado del cable de cobre a la fibra óptica. Además, Magtel también ha cambiado sustancialmente. Antes eramos subcontratistas de grandes firmas y ahora contratamos directamente. Asimismo, está el tema de la plantilla, en la que sólo había seis trabajadores y ahora nos movemos en torno a los doscientos empleados.

¿Y qué papel juega la plantilla en Magtel?

--Imprescindible. La clave del éxito radica en ella. No podemos ofertar lo mejor si no contamos con los mejores profesionales. Por ello, para nosotros tiene una importancia capital la cualificación. Sin duda alguna, un buen servicio pasa por una formación interna continuada.

Supongo que este factor aporta alguna característica especial a su firma.

--A partir de esa base de la formación de los empleados construimos el resto de nuestra actividad y, lógicamente, queremos darle un sello de identidad propio, que se infiera de nuestro trabajo. Confianza, cercanía y cualificación, ése es el valor añadido que tiene nuestra labor.

Como colofón a esta apertura de la empresa hacia los lectores, resuma en pocas palabras la intención de sus redes.

--Deseamos ser capaces de dar una respuesta inmediata a cualquier situación en el campo de las telecomunicaciones. Sencillamente, queremos poder estar a la altura de lo que nuestros usuarios demanden y lo que la sociedad exige.

¿Hacia dónde han de dirigir los usuarios sus solicitudes y la sociedad sus exigencias?

--Hoy en día nuestra cobertura contempla toda la península. Concretamente, contamos con presencia física en Posadas, Córdoba, Jerez, Ecija, Sevilla y Madrid. Ahora bien, Magtel siempre mira más allá y ahora, por ejemplo, le comento que también hemos llegado con la fibra óptica a nivel insular, hemos realizado encargos en Palma de Mallorca y Las Palmas de Gran Canaria.

¿Existe alguna fórmula para conseguir todo eso?

--Todo ello es gracias a la gestión interna y externa. La concienciación de trabajar duro, exigirnos el máximo y ofrecer calidad se impone en la Junta Directiva, el personal y los propios clientes.