España, la ruta del misterio
UNA SECCIÓN COORDINADA POR José Manuel Morales
"Que Granada rezuma magia no es ningún misterio. Que el misterio está presente en algunos de sus edificios más mágicos, tampoco"
El edificio que sirve actualmente como sede del Catastro de Granada, ubicado en la céntrica calle Mesones, se ha convertido en los últimos años en parada obligada para el viandante por motivos algo más que inmobiliarios. La que fuera antaño Diputación de la capital nazarí ha centrado la atención de investigadores y amantes de lo sobrenatural desde hace décadas, debido a un pasado marcado por los fenómenos inexplicables.
Funcionarios, trabajadores de diferentes sectores e incluso usuarios que acceden para realizar simples trámites han reportado una sorprendente retahíla de fenómenos: archivadores que se abren y cierran solos, objetos que cambian de ubicación, puertas automáticas que se activan sin interacción humana, arrastre de mobiliario, bajadas bruscas de temperatura, un ascensor que cambia de planta sin que nadie lo llame y, algo en lo que todos coinciden, esa extraña sensación de que allí nunca se está completamente solo.
Un rápido recorrido por la historia del edificio quizás nos ayude a encajar algunas piezas de este puzzle, siendo la mezquita musulmana de Al-Haddadin en el siglo XIV el primero uso del que tenemos constancia. Posteriormente pasaría a ser ermita de Nuestra Señora y San Roque, ampliada en 1639 y convirtiéndose en iglesia de la Magdalena. Más tarde pasaría a manos particulares, instalándose en ese lugar los almacenes de telas La Magdalena. En 1972 llegarían los establecimientos Woolworth, que antes de abrirse llevaron a cabo una importante remodelación. La marca británica levantó por completo los cimientos de la antigua basílica, saliendo a la superficie restos óseos infantiles. En 1985 por fin se convertiría en Diputación.
En 1986, la Asociación de Parapsicología Omega conseguiría el único permiso concedido por la Diputación granadina para realizar una investigación psíquica en el edificio durante tres noches, obteniendo resultados muy significativos: uno de los miembros del equipo fue mordido en el brazo, quedándole las marcas de una dentadura infantil; captaron una escalofriante psicofonía, en la que una voz gutural se dirige a los investigadores con un amenazante «os arrepentiréis»; y vieron, según su testimonio, erguirse una figura entre una extraña niebla surgida de la nada, cuyo rostro reprodujeron posteriormente para realizar un retrato robot de la aparición.
Cuál sería la sorpresa de los integrantes del grupo cuando, en la rueda de prensa posterior a la investigación, mostraron el dibujo y alguien entre el público reconoció el rostro del fantasma: «Ese señor es el padre Benito, el sacerdote de cuando este edificio era la iglesia de la Magdalena». Treinta y cinco años después, el misterio del fantasma de la antigua Diputación de Granada continúa siendo un enigma.
(*) Guía de Rutas Misteriosas en Granada.
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