El sabor agridulce de un empate en el último suspiro pero la satisfacción de haber sumado sus primeros minutos en el primer equipo. Las dos caras nuevas de la expedición del Córdoba CF a las Canarias, Ale Marín y Rafael Castillo, cerraron su primer partido oficial a las órdenes de Germán Crespo, con un empate que sabe a poco pero con la inmensa alegría de estrenarse con el club califa. Ni el resultado final ni el contexto emborronarán su experiencia, que también eleva ya a casi la treintena los jugadores que el técnico blanquiverde ha empleado durante esta temporada en liga.
Ambos entran también a la selecta lista de debutantes procedentes del Córdoba B, donde hasta ahora se habían incluido Christian Delgado, Tala, Abreu y Manolillo, este último hace apenas tres jornadas frente al Villanovense en El Arcángel.
Ale Marín (Olivares, 1999) saltó en sustitución de Adrián Fuentes en el descanso y su entrada revolucionó el partido. Su verticalidad y olfato goleador no han pasado desapercibidos en sus actuaciones con el filial, aunque con el primer equipo también destapó una garra encomiable. Anotó el 1-1 en su primer balón y sacó el zapatazo del 2-2 en otra acción calcada. Él fue quien sostuvo a los de Germán Crespo en el partido, aunque no pudo marcharse con el premio de los tres puntos para poner el broche a un debut soñado. "Estoy muy contento. Era el debut en liga y qué mejor manera que metiendo dos goles y ayudando al equipo a conseguir un punto", declaró al término del encuentro.
Rafael Castillo (Córdoba, 2000) fue el otro protagonista. El cordobés salió por Bernardo Cruz en los últimos veinte minutos y no dejó de correr en ninguno de ellos. Se las vio en más de una ocasión por banda con la delantera veguera y protagonizó varias acciones de mérito sumándose al ataque y replegando en defensa. Tampoco tuvo tiempo de mucho, aunque no se marchó sin dejar su sello.
