El contencioso del Córdoba CF con Iván Robles vivió un penúltimo capítulo con la decisión del Juzgado de lo Social número 4 de Córdoba, que reconoció los planteamientos del que fuera jugador blanquiverde, al que la entidad deberá indemnizar con cerca de 100.000 euros, según informó el propio jugador a través de las redes sociales y huelva24.com. En cualquier caso, el Córdoba CF recurrirá la sentencia, aunque ya cuando rescindió al jugador contaba con que el caso iba a suponer un dolor de cabeza.

La sucesión de los hechos se inicia, precisamente, en Torrox. Allí, Iván Robles se lesiona prácticamente en el primer entrenamiento de pretemporada. Tres días después, los servicios médicos auguran que estará al menos un mes de baja por una rotura en el menisco, aunque después de la operación el tiempo para el alta se alarga hasta enero. En ese momento, Iván Robles ocupa una ficha sénior en el Córdoba CF y ya antes del viaje a Torrox era público y notorio que la dirección deportiva blanquiverde pretendía cederlo a un club de Segunda B, relevándole en el puesto con un jugador sub-23, en este caso Álex Robles. El Córdoba CF entendía que esa ficha sénior debía ser ocupada por un jugador en otra demarcación, preferentemente en el centro del campo. De hecho, el jugador blanquiverde que ocupó dicha ficha fue el costamarfileño Djak Traoré.

Visto lo ocurrido y el contratiempo de su lesión, el Córdoba CF, a pesar de que el jugador cumplía contrato el próximo 30 de junio, le ofreció la renovación por una temporada más con la misma ficha que de la 20-21 y que de esta manera pudiera trabajar con los servicios médicos cordobesistas, así como sus fisios, con tranquilidad. De hecho, se le ofreció inscribirlo en el filial a fin de que estuviera cubierto y con ficha con un club, aunque siempre entrenaría con el primer equipo. Obviamente, la intención del Córdoba CF era mantener al jugador, renovarle con su mismo sueldo vista la mala suerte de pretemporada y, a partir de enero evaluar la situación: volver a activar la opción de su cesión o, si el primer equipo así lo demandaba, inscribirlo de nuevo en la primera plantilla.

Sin embargo, el agente del jugador no lo vio así y mantuvo una versión distinta. El representante solicitó que ese año de renovación que ofreció el Córdoba CF no fuera por el dinero que cobra en la actualidad sino que, en caso de que el equipo lograra el ascenso, cobrara el mínimo interprofesional en Segunda División A, que viene a ser más del doble de lo que actualmente percibe. No solo eso: el representante del futbolista pedía que fuera un jugador de la primera plantilla a todos los efectos, es decir, que además de ese mínimo profesional cobrara también premios y primas. Finalmente, la entidad blanquiverde retiró su ofrecimiento de renovación por un año más e informó a Iván Robles, a dos días del cierre de mercado la rescisión unilateral de su contrato, por lo que el asunto, lógicamente, terminó en los tribunales.