Los pantanos cordobeses no cesan de mejorar en cuanto a su agua embalsada a pesar del buen tiempo que reina ahora en toda la región. El ciclo hidrológico natural del agua permite que el líquido siga llegando a los vasos de los embalses, tal como habían previsto los expertos al término de la borrasca Nelson.
En la provincia de Córdoba, los embalses tienen ahora almacenados 1.365 hectómetros cúbicos, el mayor volumen de las seis provincias que integran (en su totalidad o solo en parte) la cuenca del Guadalquivir. También es el territorio con una mayor capacidad de retener el agua. En términos porcentuales, sin embargo, Córdoba tiene un 41% de su capacidad nominal ocupada, mientras que todas las demás provincias con la excepción de Granada (al 32%) la superan.
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Sigue llegando el agua
Sólo en la última semana, los pantanos cordobeses han recuperado otros 55 hectómetros cúbicos, una cantidad equivalente a la que retiene un pantano pequeño como por ejemplo La Colada. En siete días se ha pasado de 1.310 hectómetros cúbicos a 1.365 en la provincia de Córdoba, de acuerdo con el balance de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir actualizado hasta ayer.
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Hay que poner estas cifras en perspectiva. A principios de año los embalses ubicados en Córdoba mantenían una reserva de poco más de 500 hectómetros cúbicos. Empezó a mejorar ligeramente a mediados de ese mismo mes, cuando comenzaron unas lluvias que se mantuvieron durante el invierno.
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Para finales de marzo ya tenían 850 hectómetros cúbicos, pero la llegada de la borrasca Nelson en plena Semana Santa lo cambió todo. A partir del 28 de marzo, y durante una semana completa, las lluvias permitieron que los embalses cordobeses superaran los 1.300 hectómetros cúbicos. Y desde entonces siguen recogiendo el agua tan preciada, hasta el punto de que ahora se plantea devolver a los regadíos una parte de las dotaciones que llevan cinco años restringidas.