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ENTRARÁ EN VIGOR EN 2023

¿Quién gana con la nueva PAC?

El medio ambiente será el gran beneficiado de la Política Agraria Común, para lo que se destinará cerca del 43% del presupuesto, pero también la agricultura familiar y profesional

¿Quién gana con la nueva PAC?RAFA SÁNCHEZ

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaciónenvió el pasado 29 de diciembre la propuesta española del Plan Estratégico de la nueva Política Agraria Común (PAC), que estará en vigor entre 2023 y 2027 y distribuirá 32.549 millones de euros entre los agricultores y los ganaderos españoles. Aunque el documento está en información pública y puede sufrir alguna modificación con las alegaciones que se presenten (la Junta de Andalucía se ha mostrado crítica con el plan porque el 53% de los agricultores andaluces cobrarán menos subvenciones que con el actual marco de ayudas y pide una ampliación de los ecoesquemas), las líneas básicas han quedado definidas.

Por un lado, se persigue fomentar un sector más innovador y formado que garantice la seguridad alimentaria, pero también intensificará la protección del medio ambiente y promoverá medidas que fortalezcan el tejido socioeconómico de las zonas rurales. Para ello se contemplan subvenciones desacopladas de la producción, entre las que se incluye la ayuda básica a la renta, una ayuda redistributiva, el apoyo a los jóvenes y a la igualdad y los ecoesquemas. Asimismo, se recogen medidas sectoriales, entre las que se encuentran las subvenciones acopladas a la producción. Por último, se prevé un paquete de medidas para el desarrollo rural y favorecer la fijación de la población en el medio rural, como son la compensación a zonas de montaña, las primas para producción ecológica o para explotaciones que se sitúan en la red Natura.

¿Quién gana?

La filosofía del Plan Estratégico no deja dudas sobre cuáles son los objetivos prioritarios de la nueva PAC. Bruselas ha impulsado una PAC que prestará más atención que nunca a la lucha contra el cambio climático y a la protección del medio ambiente, además de incrementar la seguridad alimentaria. Eso hará que 43 de cada 100 euros que lleguen al campo y la ganadería se destinen a alcanzar los objetivos climáticos y ambientales, para lo que se impulsarán acciones que reduzcan las emisiones, favorezcan que la agricultura y ganadería sea sumidero de carbono, el aumento de la superficie de agricultura ecológica y la reducción del empleo de productos fitosanitarios. Busca también una ganadería más sostenible, la lucha contra la desertificación y la erosión y el mantenimiento de la diversidad agraria. Pero, ¿cómo se va a lograr esto?

Los ecoesquemas

Los ecoesquemas han sido uno de los principales motivos de divergencia entre las distintas comunidades autónomas. Los ecoesquemas son prácticas agrarias voluntarias que buscan incrementar la sostenibilidad de las explotaciones. Aunque son voluntarias, el importante volumen económico destinado provocará que los agricultores se acojan a alguna de las siete medidas que, por el momento, se contemplan en el Plan Estratégico (Andalucía solicita 12 ecoesquemas para que se recoja la diversidad productiva existente).

Los ecoesquemas se incluyen dentro del paquete de ayudas directas y se prevé que cada año se destinen unos 1.100 millones de euros de los 4.800 millones de las ayudas directas. Los agricultores escogerán una de las sietes prácticas que mejor se adapten a su modelo de explotación con el objetivo de promover una agricultura baja en carbono y la agroecología. Las siete prácticas de los ecoesquemas prevén el apoyo al pastoreo extensivo, la agricultura de conservación o siembra directa, medidas que favorezcan las cubiertas vegetales (dos prácticas), la siega sostenible y el establecimiento de islas de biodiversidad en superficies de pastos, las rotaciones en tierras de cultivo con especies mejorantes y espacios de biodiversidad en tierras de cultivo y cultivos permanentes.

Junto a los ecoesquemas, se promoverá la condicionalidad con buenas prácticas agrarias y medioambientales, entre las que se contemplan el mantenimiento de pastos permanentes, la protección de humedales, la prohibición de quema de rastrojos, la creación de franjas de protección en los márgenes de los ríos, medidas que reduzcan la erosión o una fertilización sostenible, entre otras.

La modulación

Como en el anterior marco de ayudas, en la nueva PAC se mantendrá la limitación (capping) y reducción de la ayuda básica a partir de un importe máximo. Así, ahora se fijará un importe máximo de los pagos en 100.000 euros y una reducción progresiva desde los 60.000 euros. No obstante, se podrán descontar los costes salariales y laborales, aunque ninguna explotación podrá cobrar más de 200.000 euros. Asimismo, habrá un pago redistributivo de las explotaciones de más tamaño a las pequeñas y medianas.

El agricultor activo

Otra de las novedades de la nueva PAC es la definición de agricultor activo, que será aquel que pueda recibir ayudas directas de la PAC siempre que cumpla alguna de las siguientes condiciones:estar afiliado a la Seguridad Social por cuenta propia, al menos el 25%de sus ingresos totales procedan de la actividad agraria o el importe de las ayudas directas que reciban sea menor o igual a 5.000 euros al año.

Regionalización

La nueva PAC mantiene la distribución de ayudas atendiendo a la división en regiones según sus características agrarias. Como novedad se pasa de las 50 regiones del modelo actual a solo 20, con lo que, según el Ministerio de Agricultura, se pretende un reparto más equitativo de las ayudas, puesto que se tenderá a una convergencia interna para evitar desequilibrios entre unos agricultores y otros que tienen requisitos idénticos. Para este reajuste se tendrá en cuenta el capping y la degresividad.

Otros tipos de ayudas

El Plan Estratégico de la PAC prevé nuevas ayudas asociadas, que son las que se otorgan a un determinado cultivo o tipo de ganado al tratarse de sectores o explotaciones vulnerables. Aquí se encuadra el pago al algodón, pero también la producción sostenible de leche de vaca, el vacuno extensivo, ovino y caprino, frutos secos en secano en zonas con riesgo de desertificación o la uva pasa. Además, se reservan medidas para sectores como las frutas y hortalizas, el vino, el sector apícola y el olivar tradicional. Por último, se refuerza el relevo generacional y la incorporación de la mujer al campo, además de la formación, la innovación y la digitalización del sector.

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