Un cartel de lo más remendado echó el cierre al ciclo taurino de la Virgen del Mar. De la terna inicialmente anunciada, sólo Román pudo hacer finalmente el paseíllo en Almería. Ni Manuel Escribano, convaleciente aún de la gravísima cornada de Alicante, ni el local Torres Jerez, que presentó un parte médico a última hora, pudieron estar presentes en la «victorinada» de fin de feria.

El primero de Curro Díaz se quedaba corto en los capotes, evidenciando, además, muy pocas fuerzas.

El cuarto fue el toro de la corrida, un victorino bravo y con clase al que Curro Díaz cuajó de manera sublime por naturales. Toda la faena estuvo basada en la zocata, enganchándolo (al toro) muy por delante para llevarlo muy templado y toreado en series de mucho ritmo y torería. Gran estocada final y la plaza le pidió con fuerza las dos orejas, aunque el usía lo dejaría todo en una sola.

Galván, que debutaba en el coso de la avenida de Vilches, llevó a cabo una labor templadita y más que digna ante un animal noble, que, en un descuido del de San Fernando, llegó a voltearle. Salió ileso y lograría una oreja. El quinto, que, como toda la corrida, protagonizó un emocionante tercio de varas en el caballo.

El tercero, primero de Román, fue un victorino manso sin disimulo, En el sexto volvió a rayar Román a gran altura en una faena a izquierdas en la que el joven valenciano aunó cabeza, valor y torería. Le pidieron con fuerza las dos orejas, pero el usía lo dejó todo en una sola. H