La consejera de Salud, Marina Álvarez, aseguró ayer en el pleno del Parlamento andaluz que el SAS atendió las seis denuncias presentadas por el sindicato USO por el funcionamiento de los ascensores del sevillano hospital de Valme, en uno de los cuales murió Rocío Cortés, de 25 años, el 20 de agosto.

En una sesión en la que Partido Popular, Podemos e Izquierda Unida efectuaron duras intervenciones pidiendo responsabilidades políticas y que se garantice que no volverá a pasar un accidente así, que achacaron a los recortes en mantenimiento y Sanidad, Ciudadanos pidió a la Junta que ayude a la familia de la joven fallecida, madre de tres niñas, y el PSOE reprochó el uso político de esta tragedia.

A la sesión asistieron el padre y el hermano de Rocío Castro, que abandonaron el salón de plenos durante la intervención del diputado socialista Francisco Vargas, negándose a hacer declaraciones a los periodistas pero mostrándoles su indignación por que la muerte de Rocío Castro se pretenda reducir a un accidente sin responsables políticos.