La investigación sobre la desaparición de la valenciana Pilar Garrigues en el noreste del estado mexicano de Tamaulipas ha dado un giro tras el hallazgo de manchas de sangre en el maletero del coche, según adelantó ayer El Mundo, que también desveló que el marido trabajaba en centros de vigilancia pública estatal. Fuentes de la investigación han adelantado a ese diario que los test realizados han detectado manchas de sangre en el coche del que según el marido fue secuestrada la mujer por tres hombres armados. Las mismas fuentes adelantan que algunos conocidos de la víctima han pedido que se investigue al esposo, que trabajaba en un organismo de seguridad denominado C-4.

El marido, mexicano, presentó la denuncia de desaparición horas después del suceso el 2 de julio y, según la Fiscalía Estatal, fue dada por desaparecida en las inmediaciones de Soto La Marina.

NINGÚN RESCATE / El estatus jurídico para la investigación es el de «persona no localizada», porque no se puede considerar un secuestro, dado que hasta el momento no ha habido una petición de rescate, lo que resulta muy poco común en casos similares. Tampoco hay «indicios de que pudiera estar privada de su libertad», según agregó la Fiscalía estatal en una nota informativa facilitada a Efe.

El suceso tuvo lugar en el nororiental estado de Tamaulipas, una de las regiones más violentas del país, cuando la pareja y su hijo regresaban a Ciudad Victoria tras pasar unos días en la playa. Según la denuncia del marido, «fueron interceptados, y a ella la bajaron del vehículo», mientras que él y su hijo continuaron el camino.