La epidemia de cólera sigue acabando con la vida de los yemeníes y se propaga de manera dramática por todo el país árabe, sin que las autoridades sanitarias puedan hacerle frente por falta de presupuesto y la precariedad del sistema sanitario. El número de casos de personas con síntomas de cólera se ha disparado en el Yemen hasta los 17.000 y la cifra de muertes confirmadas por esta enfermedad aumentó hasta las 209, informó ayer la oficina de Unicef en el país y el Gobierno de los rebeldes hutíes.

Los hospitales en la capital están saturados y los médicos y enfermeros intentan salvar a los pacientes usando las pocas soluciones de rehidratación que quedan. Según el Ministerio de Salud del Gobierno rebelde, al menos 29 personas han perecido por la infección en la capital, mientras que 30 han muerto en las afueras de la ciudad. Al desglosar el cómputo, el ministerio cifró en 48 las personas que han muerto en las provincias de Heya y Omran, en el noroeste del país, que está sumido en una guerra desde hace más de dos años. El resto de fallecidos se reparten en al menos quince provincias del país árabe y en total, el ministerio estimó que hay 17.291 casos sospechosos de haber contraído la enfermedad en las últimas tres semanas en dichas provincias.

El cólera es una infección intestinal aguda causada por la ingestión de alimentos o agua contaminada con la bacteria vibrio cholerae y que no presenta síntomas en casos moderados, pero que en los más severos puede provocar la muerte en pocas horas si el enfermo no recibe tratamiento.