Berta, Victoria y Lucía están dispuestas a demostrar que las matemáticas de alto nivel, los concursos que premian a los mejores de la disciplina, no son un coto exclusivo de sus colegas masculinos. Las jóvenes estudiantes, las tres de 17 años, han superado las pruebas clasificatorias de su comunidad autónoma y ahora participan en Barcelona en la final para determinar quiénes serán los seis representantes españoles en la próxima Olimpiada Matemática Internacional, que se celebrará en Hong Kong en julio. "Se nos dan bien las matemáticas", reconocen al unísono con timidez y humildad.Entre los 77 contendientes solo hay ocho mujeres.

Las jóvenes españolas obtienen peores resultados que los chicos en matemáticas, como queda reflejado en las pruebas de nivel de cuarto de ESO, una situación imprevista si se tiene en cuenta que su nota media es superior. Berta, Victoria y Lucía cursan el bachillerato tecnológico rodeadas de varones. "Somos el 10%", dicen.

¿A las chicas les faltan incentivos? "Supongo que les interesan más las disciplinas de la salud y otras de carácter más aplicado", intenta justificar Berta, que viene de un instituto de Madrid. "Me gustan, pero me cuesta pensar que me voy a pasar muchos años dedicada a las matemáticas", insiste Lucía, primera clasificada absoluta en la selección de Las Palmas de Gran Canaria. "Quizá las chicas ven las matemáticas como algo muy teórico", reitera en el mismo sentido Victoria, que también fue la ganadora en las pruebas de Córdoba. Las tres viajarán próximamente a Rumanía con el equipo femenino español en el campeonato europeo de la especialidad.

En opinión de Marta Casanellas, profesora de la facultad de Matemáticas de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), la clave son los "valores sociales". Hay una creencia extendida -dice- de que las chicas no deben dedicarse a estas cosas". No es por supuesto cuestión de capacidad intelectual. Por ejemplo, un reciente estudio realizado en la Universidad de Wisconsin, en EEUU, demostró que las diferencias en matemáticas tienden a reducirse en los países con mayor equilibrio entre sexos. Las tres estudiantes se manifiestan en la misma línea: "No creemos que los chicos sean más listos. Es cuestión de interés y dedicación", coinciden.

COCHES Y TRENES

Luego influye la motivación: "Los libros están llenos de problemas prácticos sobre trenes y coches que alcanzan una velocidad y chocan. Eso igual no les interesa. ¿Por qué no se emplean problemas de suministro de antibióticos en un hospital o sobre las necesidades de vacunas para una epidemia de gripe?", pone como ejemplo Casanellas. Y, finalmente, hay también una cuestión de competitividad y de autoconfianza. "Muchas chicas ni se plantean presentarse a este tipo de concursos que, dicen, no tiene utilidad práctica -considera María Pulgar, miembro de la Sociedad Matemática Española y presidenta de la comisión organizadora de la prueba-. Hay que intentar cambiarlo".

Las tres jóvenes de expediente inmaculado tienen prácticamente decidido su futuro académico. Ninguna opta por el grado de Matemáticas, pese a que las mujeres ya casi han logrado la paridad en las facultades españolas de la especialidad, como recuerda Pulgar. "Yo quiero estudiar ingeniería aeronáutica", dice la canaria Lucía. "O aeronáutica o industriales", suscribe la madrileña Berta. "Lo más seguro es que acabe también en alguna ingeniería", afirma Victoria. En el fondo, suscriben las tres, "las ingenierías están llenas de matemáticas". Pero no de chicas.

LA INFLUENCIA PATERNA

El ambiente donde se han criado -la familias y los profesores- han sido determinantes en su trayectoria. Lucía destaca la influencia china de sus padres. "Supongo que en la cultura china hay mucha tradición y te orientan hacia las matemáticas". Más fácil lo ha tenido Berta, cuyos dos padres son ingenieros y están muy vinculados al mundo de las matemáticas. "Al principio me ayudaba mi padre, pero llegó un punto en que ya no podía. Luego, además, he tenido la suerte de ir a un instituto que cuida mucho estas cosas". A los padres de Victoria, ambos profesores de dibujo técnico, "siempre les han interesado las matemáticas", dice su hija. Por iniciativa de sus profesores, las tres chicas han participado también en Estalmat, un programa para incentivar la cultura matemática entre los jóvenes talentosos. "Vamos voluntariamente los sábados por la mañana unas tres horas. No es nada pesado", comenta Berta.

Berta, Victoria y Lucía llevan una vida "la mar de normal", según explican, y no se privan de ir de fiesta y salir con los amigos. "Si te organizas, hay tiempo para todo". "Hay gente que se obsesiona con este tipo de pruebas. Supongo que a las chicas no nos pasa", concluye Berta.

En los institutos: matemáticos que impartan matemáticas

María Pulgar, de la Sociedad Matemática Española, cree que lo esencial para mejorar la enseñanza de las matemáticas en los institutos es dedicar al menos cuatro horas semanales a la materia, “y cinco si pudiera ser posible”. Sin embargo, recuerda que en algunos itinerarios solo se dan tres. “No tenemos tradición, matemáticos muy famosos, por lo que partimos de una posición peor en cuanto a reconocimiento social”. También considera que la materia tendría que ser más práctica, “llena de problemas divertidos con aplicaciones claras”. “Aunque puede haber gente que tenga un don innato, las matemáticas son como la música: entran a base de práctica”. Luego, por supuesto, habría que lograr que los profesores transmitieran la materia con “actitud positiva, cosa que no siempre sucede”. En este sentido, Marta Casanellas, profesora de la UPC, recuerda que en muchos institutos las clases de matemáticas las imparten biólogos u otros científicos. “Pese a la creencia equivocada, los matemáticos se colocan rápido al acabar los estudios, tanto en consultorías de finanzas, como en el sector médico o en la programación, y donde faltan realmente es en la enseñanza secundaria".

Seleccionadas para Rumanía

Berta García. 17 años. Estudiante del instituto San Juan Bautista de Madrid. Tercera clasificada absoluta en las pruebas clasificatorias de su provincia.

"A veces tengo la sensación de que mi profesor explica demasiado lento"

Victoria Arenas. 17 años. Estudiante del instituto López Neira de Córdoba. Primera las pruebas de su provincia.

"Me gustaban las matemáticas desde pequeña"

Lucía Ma Li. 17 años. Estudiante del instituto Isabel de España de Las Palmas de Gran Canaria. Primera en las pruebas de su provincia.

"En la cultura china las matemáticas están muy bien reconocidas"