Nada menos que 21 incidencias (casi todas desmayos) se registraron en el cortejo de Las Angustias. Fue el precio que pagó por un logro ansiado: hacer estación de penitencia en la Catedral. Y es que, si el año pasado ya fue todo un esfuerzo el nuevo itinerario tras su histórico regreso a San Agustín, en el 2015 el reto era mayor y el intenso calor se lo puso muy difícil. Eso sí, la llegada de la decana de las cofradías a la Catedral no solo fue un hito para la propia cofradía, también marca un antes y un después en el apoyo al proyecto de traslado de la carrera oficial. Junto al paso se estrenó la Banda de Música Tubamirum, además de una bandera pontificia, obra de Jesús Rosado.