Comienza hoy la Semana Santa del 2017 cumpliendo aquel acuerdo de las cofradías del 18 de octubre del pasado año de trasladar al entorno de la Mezquita-Catedral la carrera oficial. Un hito en la historia de las hermandades cordobesas, no carente de polémicas ciudadanas y hasta políticas, uno de los temas sobre los que opina el presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba.

-¿Cansado con el trabajo de los últimos meses? ¿Preocupado ante el Domingo de Ramos?

-No. A estas alturas lo que hay es ilusión y ganas de disfrutar de la Semana Santa. Han sido muchos meses de reuniones, de muchísimas reuniones...

-No digo que tenga usted un aspecto desmejorado pero... ¿El traslado de la carrera oficial le ha envejecido?

-(Ríe). Envejecer... no. Pero ha quitado muchas horas de sueño. Problemas, detalles que no terminan de cuadrar...

-Dijo el presidente Torrijos de Panamá: «Yo no quiero entrar en la historia, quiero entrar en el Canal». ¿Usted quería entrar por la segunda puerta? ¿En la historia de las cofradías? ¿Por las dos?

-Yo lo que quería era entrar en La Catedral. Lo de la historia me da igual. Lo importante es que ese anhelo que teníamos las cofradías se va a cumplir.

-En un acto público dijo a los cofrades que este año habrá «diez mil ojos mirando el mínimo fallo». A mí hasta me parecen pocos ojos.

- No hay dudas, todos los que nos han criticado en las distintas polémicas van a estar pendientes. Yo les he pedido a las hermandades, y sé que lo van a hacer, que trabajen y hagan todo lo posible para reducir problemas.

-Las críticas a la nueva carrera oficial se pueden resumir en dos argumentos. El primero, que se privatiza el espacio público.

- No se privatiza el espacio público más que pudo estar la Semana Santa del año pasado o cualquier otro gran evento. Hay una zona que es carrera oficial con palcos y sillas, pero también decenas de kilómetros por toda la ciudad y en la propia carrera oficial donde puede estar quien quiera. Y además, este año la mayoría de las cofradías pasan por muchas más zonas y rincones donde nunca han estado. No hay ningún tipo de privatización de nada. Y los vecinos y comerciantes no van a tener problema para acceder. Es una ocasión para ver más a las cofradías en los barrios. Más aún: hasta ser presidente de la Agrupación de Cofradías, que me corresponde acompañar en el palco a las autoridades, yo era, y soy, de los que ven la Semana Santa fuera de carrera oficial. En la salida de las hermandades, en los barrios, en sitios claves, con mi cámara... ¡A ver si ahora es obligatorio ver la Semana Santa en la carrera oficial!

-Así no va a ‘vender’ usted muchas sillas y palcos.

-(Ríe) Usted me entiende... Yo soy más de caminar. Por supuesto, los palcos y las sillas es una oferta para quien no quiera perderse detalle y no quiera o pueda optar por tardes agotadoras. Cada cual tiene sus gustos y opciones. Pero Córdoba tiene unos sitios para enamorarse de la ciudad, de su Semana Santa... ¡No sabemos lo que tenemos!

-¿Hay muchos palcos?

-No llegan a 40 más que el año pasado a pesar de que la carrera oficial tiene el doble de longitud. Además, son enormes. Y sigue habiendo una enorme demanda de palcos.

-Tras este paréntesis sobre los palcos, vamos al segundo bloque de críticas: algunos afirman que las cofradías han cambiado la carrera oficial (no se ofenda) por ‘narices’.

-¡Que no! ¡Que no! Claro que hemos oído eso, pero se trata de una aspiración que viene de muy antiguo. Con esta carrera oficial las cofradías volvemos al futuro, a donde no teníamos que haber salido. Respondemos a una historia de muchos siglos y solo aspiramos a darle más sentido a nuestra estación penitencial, en comunión con nuestra Iglesia, con nuestro obispo y en el primer templo de la diócesis. ¿Cómo que nadie lo había oído en los últimos años? Lo que pasa es que ahora se han dado las circunstancias precisas para el traslado.

-Pero el revulsivo fue el malestar de hace dos años al paralizarse el plan de la segunda puerta.

-Bueno, pero hay que tener en cuenta que este traslado de la carrera oficial se planificó sin contar con la segunda puerta, por mucho que dé fluidez al recorrido por el interior del templo.

-También es cierto.

-Yo a estas polémicas les encuentro un matiz político muy grande. Hay determinados colectivos (ciudadanos y de partidos) que están fuertemente politizados. Nosotros hemos hablado con la presidenta de la asociación de vecinos La Medina, que es donde está la carrera oficial, y nos ha trasladado su total acuerdo, y muy satisfecha por el dispositivo de emergencia y sanitario previsto.

-¿Han hablado con más colectivos?

-No. Solo a la AV La Medina porque nos pidió hablar y resolvimos todas sus dudas en una reunión en la Agrupación. No podemos asumir la interlocución con todos los colectivos vecinales porque entendemos que es un papel que le corresponde al Ayuntamiento.

-Cambiando de tema. Hace poco criticó que las polémicas tienen más impacto en los medios que la obra social de las cofradías Eso, al menos por este medio, no es cierto.

-El problema es que sale alguien montando un espectáculo y al día siguiente sale la respuesta, luego la contrarrespuesta... La obra social para miles de familias se mantiene e incluso puede haber aumentado este año. Solo la Agrupación directamente ya aporta 20.000 euros. Pero la situación económica ha cambiado algo y nos está permitiendo afrontar tantas necesidades y, además, volver a plantear proyectos muy importantes.

-Tres consejos para disfrutar de esta ‘nueva’ Semana Santa.

-Es un año de cambios, donde muchas cosas son nuevas, donde habrá que cambiar muchas costumbres. Pero también es una ocasión para disfrutar de una nueva forma de Córdoba. Las hermandades vamos a ofrece a los ciudadanos una oportunidad para que redescubran su ciudad. ¿Consejos? Pues ir a ver la Semana Santa como lo que es: un acto religioso que merece un respeto. Segundo; que seamos pacientes y tengamos una mentalidad abierta porque, es inevitable, en un primer año habrá fallos y desajustes. Ya se pulirán fallos los próximos años. Y en tercer lugar, disfrutar, ya sea en palcos, sillas, en rincones bellísimos...