Alexander Salinas, bautizado, sin ninguna anotación en su partida bautismal que refiera una pena canónica y según dice creyente, le dijo a su hermana que sería el padrino de su hijo. El párroco le comentó que no podía serlo por no cumplir los requisitos que marca la Iglesia pero le animaba a ser "padrino espiritual" del bebé. Sic. También el Obispado de Cádiz le dijo no. Parece que solo contó que es transexual.

¿En razón de qué se le dice que no a Alexander Salinas? ¿De lo dispuesto en el c. 874s1 del Código Canónico? ¿De la identidad sexual que tiene que asumir según el Catecismo de la Iglesia católica? La ideología planteada por la Jerarquía eclesial permite que la castidad redima a la persona, y en los homosexuales apostilla que si son personas castas, pueden llegar a la perfección cristiana. Se espera del padrino un estilo de vida acorde con los principios del Catecismo, lo que no es igual a que sea acorde con los principios del cristianismo. Quizá Alexander entre en el Evangelio, la cuestión eclesial es otra cosa; depende de la interpretación del párroco su idoneidad para ser padrino de bautismo. Figura esencial pero no imprescindible. ¿Pesa, pues, más esta figura que cuestionar la conciencia de un fiel cuando no se hace habitualmente?

El Catecismo de la Iglesia católica, al referirse al sexto mandamiento comienza por: amarás a tu prójimo como a ti mismo. Expone una clasificación de los pecados graves, entre los que se incluye la masturbación, la fornicación, las actividades pornográficas y las prácticas homosexuales. De otro lado, será el ministro que oficie el bautismo o el párroco quien juzgue si cumple con el requisito de "llevar una vida congruente", según el c. 874s1, realizando una estimación personal. ¿Cuántas personas estarían descalificadas para ser madrinas y padrinos por lo antedicho? Repito la pregunta: ¿Por qué Alexander sí y otros no? Y según el Código Canónico es valorable si una persona, por encima de otras consideraciones, tiene la vocación real de educar y guiar espiritualmente al neófito. ¿Es la Jerarquía eclesial un buen modelo? ¿Cuántas madrinas y padrinos conocen los postulados de la Iglesia católica? ¿Dónde queda el libre albedrío de quienes, sintiéndose católicas, quieren una reforma desde dentro de la propia Iglesia? Alexander no es un fiel perfecto, la Iglesia tampoco. Porque la indulgencia genera indulgencia, si él tiene un hueco en el c. 874, quizá, a ella se le acerquen más corazones.

* Profesora de Derecho Eclesiástico del Estado (UCO)