La plantilla de maestros de la enseñanza pública en Córdoba envejece, pues solo un 13,5% de los 9.269 docentes tiene menos de 30 años, mientras el 52% de la plantilla provincial pasa de los 45 y uno de cada tres supera los 50 años de edad. En la Universidad, la edad media del profesorado con plaza es de 56 años, este año han perdido su contrato 120 jóvenes investigadores y la tasa de reposición, limitada al 10% por los recortes, hace que por cada 40 profesores que se jubilan cada año solo se incorporen cuatro. Es el panorama que dejan la crisis y el ajuste del gasto público, que está ahondando el corte generacional en las escuelas, lo que se traduce en la falta de relación entre docentes jóvenes y mayores que enriquezca la formación de los primeros y alivie a los segundos del agotador esfuerzo físico que supone la enseñanza. La convocatoria de 1.000 plazas para Primaria hecha por la Junta para toda Andalucía será un paso positivo, aunque insuficiente, ya que muchas de estas plazas serán obtenidas por interinos, y solo en Córdoba los sindicatos estiman que en los años de crisis han quedado 500 puestos sin cubrir. Pero algo es. Como lo es la intención del rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos, de forzar el relevo para que la tasa de reposición del profesorado universitario sea superior a la actual. Pequeños movimientos, a todas luces insuficientes, para frenar un proceso preocupante que no favorece ni a los docentes ni a sus alumnos, en un territorio, el de la educación, del que depende el futuro de Andalucía.