Y los golpes de pecho resuenan con eco. Tanto como los andares pesados que arrastran complejos. En una ciudad donde cualquier iniciativa es mirada con suspicacia; donde alcantarilla siempre rima con zancadilla y, por tanto, es mejor mirar abajo para no tropezar que hacia arriba para comenzar a soñar. En ese tipo de ciudad nací yo. Una urbe de gente corriente que se empeña en empañar un pasado, malgastar un presente e hipotecar un futuro.

Hoy quiero formar parte de ese pequeño grupo que, como mi amigo David Gómez Torres, sabe que el problema no es de una clase social, sino de una sociedad entera. Criticamos tendencias sexuales, inclinaciones políticas y hasta peinados extraños. Malgastamos el tiempo coronando a «reyes» que no merecen serlo sin observar a los héroes que abundan en cada esquina. Sí, yo os incito a la revolución necesaria; esa que nos haga darnos cuenta que hay que luchar por lo que uno cree que está bien. Aquella que hará que sea el que hace las cosas mal quién se sienta incómodo y no al revés. No hay equilibrio posible entre lo que está bien y lo que está mal. Debe haber un margen muy claro.

No soporto a los que se encogen de hombros ante una injusticia; me asquea ver que el hecho que un niñato --perdón por la expresión-- insulte a un anciano que le llama la atención sea visto con normalidad. Y con esto no digo que haya que buscar siempre la confrontación, pero tampoco evitarla. Me cansé de tener miedo, porque es terrorífico vivir teniéndolo. Hay tantas cosas que cambiar que nunca se harán desde una recogida de firmas por internet. Chaval, eres joven: actúa. Adulto, eres responsable: da ejemplo.

Una persona muy querida por mí me dijo al leer la primera parte de este artículo que nunca dejara de sonreír. Por supuesto. hace tiempo que descubrí un maravilloso dicho: «En estos tiempos donde se discute por todo, la gente que te hace reír vale el doble» Yo me rodeo de gente maravillosa que me enseñó a luchar y a no rendirme a la evidencia. Tengo héroes sin capa, sin poltronas ni fortunas. ¿Os apuntáis? Bienvenidos a la rebelión de los justos.

* Escritor