Vamos a ver, Paulino, empecemos por explicarte qué es el mar. El mar es algo inmenso, poético, profundo como los ojos de la amada, y también un cabronazo cuando se enfada. Además, el mar no tiene montañas ni ríos en su superficie que ayuden a trazar fronteras entre países, las fronteras se dibujan siguiendo paralelos y meridianos, o sea, a ojo. Yo entiendo, Paulino, que esté en tu lógica electoralista de mencey (rey de los guanches) canario oponerte a las prospecciones petrolíferas en aguas afortunadas, pero es que Marruecos ya está extrayendo crudo al otro lado de la línea. O sea, Paulino, que lo llevas crudo con el crudo, porque a Mohamed no lo vas a parar, y eso hace que sea estúpido oponerse a la extracción en este lado, porque sería como si un kilómetro tierra adentro de la raya de Portugal los lusitanos construyeran una central nuclear y el presidente de Extremadura se opusiera a que el gobierno español hiciera lo mismo justo en frente; absurdo. Así que rezadle a San Borondón para que no pase nada y no se derramen los hilillos de plastilina de Rajoy y no haya que sacar en los periódicos a la gaviota ésa que ponen siempre llena de crudo, que resulta que siempre es la misma y que un día va a pedir que la hagan laboral fija. Todos lamentaríamos en lo más hondo que un día ocurriera una catástrofe en tu paraíso turístico, pero lo inteligente no es oponerse a que España pueda reducir su factura energética, sino exigir que esa reducción revierta después en Canarias en prevención, limpieza, servicios sociales, sanidad y cosas así.

* Profesor