Hace 25 años, en el juicio por la custodia de su hija Dylan, Woody Allen, perdió la misma y también el derecho de visitarla. Pero hoy en día mucha gente no cree a Dylan Farrow cuando dice que Allen abusó de ella. ¿Qué han aprendido todas las víctimas de abuso en este caso? Que si un menor se atreve a denunciar un abuso sexual intrafamiliar, pocos le creerán. Y si la madre le apoya, se dirá que ella le ha condicionado.

Save the Children es la única asociación en España que ha hecho un informe serio y detallado sobre abusos sexuales a menores y fallos en nuestro sistema judicial para protegerlos. No se les ha hecho ni caso. La semana pasada hubo cuatro muertos y 14 heridos en el ataque a su sede en Afganistán. La valentía se paga. En unos países con bombas y en otros, con la indiferencia.

Como Save the Childen indica, en España una denuncia por abuso sexual no sirve de mucho. El proceso judicial dura de media tres años, el menor tiene que repetir su declaración hasta cuatro veces, casi siempre en juicios a puerta abierta. Y en siete de cada diez procesos, al «presunto» abusador se le absuelve.

Los profesores no tienen formación sobre abusos sexuales, ni los centros cuentan con protocolos específicos. Tan solo en el 15% de los casos en los que el niño se lo contó a un profesor hubo una notificación a las autoridades. Porque casi nunca hay testigos del abuso. Y porque muchas veces los niños, por miedo o por presiones, se retractan. Y es que el abusador suele ser un familiar o un conocido. Solo el 15% de los casos son denunciados. De entre esos, solo el 30% acaba con el abusador condenado. El 90% de los abusos a menores son secretos.

Si hemos conseguido que existan juzgados especializados en violencia de género, ¿cómo es que no los tenemos especializados en abusos a menores? ¿Por qué los profesionales involucrados no reciben formación específica? ¿Por qué no hay centros de atención especializados públicos y gratuitos?

Respuesta sencilla: Ojos que no quieren ver, sistema que protege. Al agresor, no al menor.

* Escritora