Muchas veces, en los medios sale a colación el término "ley gitana". Yo les informo que tal ley no existe, que las leyes son elaboradas y aprobadas por las instituciones competentes para todos los españoles. El insistir en los medios es dar argumentos a los racistas que dicen que somos nosotros los gitanos los que nos automarginamos.

Tampoco tenemos derecho foral o estatuto alguno porque todo eso ya lo tiene cada gitano en la Comunidad autónoma que ha nacido. Las leyes tienen en cuenta los territorios no las etnias.

Eso sí, gozamos de unas costumbres que quiera Dios que nunca desaparezcan porque son tan buenas que deberían de ser enseñadas en las escuelas ya que se basan en la solidaridad, la no violencia y el respeto a los niños y a los ancianos. Sí es verdad que gozamos de un sistema alternativo al judicial para resolver controversias entre gitanos parecido al arbitraje donde los árbitros son gitanos mayores de una categoría humana y trayectoria social impecable, pero este proceder no puede tener el calificativo de "ley" y, además, nunca versará sobre asuntos penales; este ámbito del derecho sólo puede ser resuelto en vía judicial.

Quizá en un pasado, debido al machacamiento de nuestros derechos fundamentales por parte de sistemas jurídicos antidemocráticos y la ausencia de una tutela judicial efectiva, no tuvimos más remedio que organizarnos por nuestra cuenta ya que no podíamos esperar justicia penal de un sistema injusto donde reinaba el derecho penal de autor y no de acto, es decir, no existía la presunción de inocencia cuando el autor del delito era gitano. La duda siempre perjudicaba al calé.

¿Qué podíamos esperar de aquel tipo de justicia?

Pero hablar hoy de ley gitana denota un total desconocimiento de la realidad y un grado altísimo de irresponsabilidad para el futuro de mi gente que sólo puede ser explicado desde el interés particular de algunos por desacreditar nuestra bellísima cultura y del casi total desconocimiento de nuestra historia por parte de muchos profesionales de la comunicación.