La veo hacer los deberes, esa tarde toca la lección sobre la reproducción. La tarea preliminar consiste en resaltar las características únicas del compañero y la compañera más próximos, y comentar el artículo 14 de la Constitución española. El artículo 14, quizás el más hermoso de todos, el directamente inspirado en el primer punto de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa y, de ahí, hacia todas las constituciones democráticas: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social". Cuando vuelve a estar próximo el día de la Constitución, cuando en todos los centros educativos se organizarán actividades para su conmemoración, qué bueno sería centrar buena parte de dichas actividades en reflexionar y estudiar este artículo en unos momentos críticos donde precisamente el mismo se halla tan discutido y vilipendiado por razones de interés territorial o socioeconómico. Buena hora para repetir que esa igualdad debe comenzar por la satisfacción igualitaria, indudable y enérgica de una educación y una sanidad públicas, universales y de calidad para todos, sin menoscabo de otras privadas a elección libre de los ciudadanos pero a su propio cargo o sujeta a los conciertos que el interés público aconseje. Se nos olvida lo que costó y sigue costando la antaño inimaginable y hoy tan soslayada igualdad. Sin ella, sin ese artículo 14, el pasado nos espera tras un recodo del camino.

* Profesor