El curso empezó y continúa con un gran interrogante protagonizando las aulas para los profesores y alumnos de 2º de Bachillerato. Desde el principio del trimestre, entre mochilas y libros se coló la palabra reválida, un asunto que continúa presidiendo el bullicio de los pasillos, convirtiendo los exámenes de final de ciclo de la Lomce en el principal tema de conversación.

Según el decreto que regula las reválidas, los alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato tienen que realizar una prueba en junio cuyo diseño aún es desconocido. Es el primer año que se implanta, por lo que aprobarla no es vinculante para titular, aunque cuenta para la nota media, y por tanto, para el futuro de los alumnos.

El último curso de Bachillerato se ha enfocado tradicionalmente en la preparación de la Selectividad desde el principio. Pero, ¿cómo se está organizando este curso de incertidumbre? En los institutos cordobeses se está llevando a cabo la implantación del nuevo currículo desarrollado por el Real Decreto del gobierno central y la Orden autonómica. «Ello implica una transformación considerable (...) esta situación ha complicado especialmente el inicio de curso, sobre todo en la programación de las materias por parte de los departamentos», indica José A. Nuevo, director del IES Ángel de Saavedra. Muchos centros optan por continuar con el temario de años anteriores. «Lo planteo pensando en que las administraciones sean lógicas y no hagan nada que pueda perjudicar al alumnado. Si nos dan alguna instrucción en contra de esa estrategia tendremos que improvisar sobre la marcha», afirma Miguel Andrés Castaño, profesor de 2º de Bachillerato en el IES Florencio Pintado. Por su parte, Miguel Ángel Muñoz, director del IES Alhaken, afirma que ante la preparación de una prueba que aún se desconoce «nuestra responsabilidad como docentes es preparar a nuestro alumnado de acuerdo a la normativa vigente, y es lo que estamos haciendo». María del Carmen Pinar, profesora de inglés en el IES Maimonides, prepara a sus alumnos «trabajando como siempre, previendo lo que pueda ser. En inglés preparamos todas las habilidades».

Por otra parte, la situación generada en entre el alumnado es de mucha inquietud ante las evaluaciones finales. Mientras que los profesores, en general, vive la situación con gran preocupación al trabajar sin una perspectiva clara.

Asímismo, las familias se encuentran a la expectativa. «Están haciendo política con la educación y los alumnos se juegan el acceso. Estamos inquietos, nuestros hijos tienen que realizar una prueba que aún se desconoce. Tengo la sensación de que son conejillos de indias», indica María José Álvarez, madre de una alumna de 2º de Bachillerato.

«No es justo que el alumnado de 2º de Bachillerato viva con una sensación de incertidumbre en el inicio del curso más determinante para su futuro profesional. Es una barbaridad que tengan que someterse,por culpa de una injusta Lomce, a pruebas de evaluación con carácter segregador implantadas por un Gobierno Central del PP, reválidas que se han impuesto sin el consentimiento de la comunidad educativa», indica Esther Ruíz, Delega de Educación en Córdoba.