Las comunidades socialistas se mostraron ayer indignadas ante los nuevos cálculos de Hacienda, que congela las entregas a cuenta de la financiación autonómica para 2018, por entender que se ponen en peligro sus presupuestos regionales, elaborados con pronósticos de ingresos más optimistas.

Así, las autonomías gobernadas por el PSOE a que el Ministerio de Hacienda haya esperado a primeros de enero para enviarles una carta en la que se les comunica que las entregas a cuenta de 2018 son inferiores (hasta en 1.700 millones de euros) a las previstas en el mes de julio, calculadas entonces pensando en tener unos nuevos Presupuestos Generales del Estado.

La falta de acuerdo para aprobar los presupuestos de este año ha obligado al Gobierno a prorrogar las cuentas de 2017 de forma que no se puede llevar a cabo la mejora prevista en la financiación de las comunidades, según fuentes del Gobierno.

Pero no sólo las comunidades socialistas se quejan de los cálculos de Hacienda, también el departamento de Economía de la Generalitat catalana ve un «sinsentido» que el Ministerio de Hacienda pretenda recortar en 780 millones la financiación prevista para Cataluña en 2018. Desde la Comunidad Valenciana, su presidente, Ximo Puig, ha señalado que el Gobierno de España «está jugando con fuego» al recortar 353 millones en la financiación autonómica.

El Gobierno de Castilla-La Mancha ha calculado que la congelación de las entregas a cuenta supondrá que la región -que ya ha aprobado su presupuesto para 2018 en base a las estimaciones de julio- una merma de 200 millones de euros, mientras que el Govern balear también ha emitido un comunicado para criticar y rechazar el recorte de 67,3 millones que aplicará el Gobierno a la financiación de las islas.

A la Junta de Extremadura, la medida le parece «poco correcta» ya que la financiación es «una medida extrapresupuestaria».