Florentino Pérez se pasó el domingo por Valdebebas, en uno de esos gestos poco habituales que acostumbran a darse en los buenos momentos o en tiempos de crisis para antes de una gran cita. Como ahora. "Lo tenemos en la mano, os pido un último esfuerzo", fue el mensaje que el presidente lanzó a la plantilla, aunque dicen que le dedicó una especial atención a Cristiano Ronaldo. La última vez que se pasó por el entrenamiento no tuvo mucho efecto. Fue antes del último clásico.

Casualidad o no, ayer, el gesto se repitió en Sant Joan Despí. Josep Maria Bartomeu también pisó excepcionalmente un territorio vetado a los directivos, de la mano de Zubizarreta. Se les vio sonrientes, con buen ánimo, aunque la procesión irá por dentro. Es difícil saber dónde se siente más la presión, si arriba, en el palco, o abajo, en el césped. Bartomeu saludó uno por uno a los jugadores y después se sentó en la grada junto con Zubi para seguir el entrenamiento. Intentando escapar de una tensión que irá in crescendo, el club se esfuerza por abrir una tregua en medio de la agitación tras la eliminación europea y la derrota en Granada.

Pero este doble golpe ha elevado la presión ante la final. Sin la Champions, y con la Liga casi imposible, la Copa aparece como un título obligado que se añadiría a la Supercopa de España para no cerrar la peor temporada desde Rijkaard. La última de Guardiola, la Copa, tuvo tres acompañantes: Supercopa de España, Supercopa de Europa y Mundial de Clubs. No estuvo tan mal y completó un ciclo de 14 títulos. La pasada Liga tuvo el valor de los 100 puntos y, sobre todo, de las circunstancias con la recaída de Tito.

Sensibilidad

Horas después, Bartomeu sí pudo disfrutar de un título. Una Champions. No la que más deseaba, pero con un valor especial en un momento especialmente sensible con La Masía y el fútbol base. En Nyón saludó a los jóvenes campeones, los juveniles, una imagen que daría cualquier cosa por repetir mañana en Mestalla, máxime cuando enfrente estará el eterno rival de los azulgranas.

Florentino Pérez estaba ayer en Abu Dabi, en el foro empresarial de España y los Emiratos Arabes. Un asunto que domina bien. Pero el otro, el del campo, es el que le trae de cabeza desde hace tiempo, aunque el Real Madrid está vivo en los tres títulos que faltan.