Una mano arriesgada con la que la entidad blanquiverde plantea lo que resta de temporada con los cambios estructurales vividos esta semana, subiendo a un entrenador sin experiencia en la categoría a dirigir a un primer equipo con el objetivo de ascender y tirando del filial para conseguirlo, dejando a un segundo equipo con bajas importantes. Una apelación en toda regla a esa flor necesaria para ganar en cualquier juego que tenga un componente azaroso, máxime cuando se apela tanto a la suerte, como en este caso. De momento, en la primera mano, la jugada ha salido más que bien, porque el Córdoba B, que solo contaba una victoria en casa y, aquella sí, con mucha suerte, cumplió, convenció y goleó ante el Lorca (4-0) para tomar oxígeno en la tabla y restarse presión. Un segundo equipo superior al rival, casi en todos los tramos del partido, y que arranca con entusiasmo esta nueva etapa.

Antes de comenzar el encuentro, el segundo equipo cordobesista ya había logrado, al menos, un gol. Porque independientemente de que se vaya compitiendo, el objetivo del equipo dependiente es el de nutrir de jugadores al primer equipo. Más que de jugadores, la estructura de club ha subido hasta el entrenador. Sin matiz de interinidad y con todos los asteriscos que merece cualquier decisión de la directiva. Pero el caso es que Luis Carrión estaba en Reus con el primer equipo y que con él se había llevado a dos de los jugadores más determinantes del segundo equipo: Javi Galán y Esteve.

Así, Carlos Losada, el técnico debutante con el B después de una muy buena temporada con el juvenil División de Honor, recomponía el once de los blanquiverdes con Jordi Ortega por delante de la defensa, González y Sebas por dentro, dejando las bandas para Moha y Vera.

No fue un arranque de partido para enmarcar, sin apenas llegadas. Un acercamiento de Sebas por la derecha que acabó en córner y algún disparo lejano de los murcianos sin más repercusión.

Pasado el ecuador de la primera mitad, el B dispuso de una buena llegada capitaneada por Moha, que puso un centro al segundo palo donde Vera se la dejó perfecta a Palo. La zaga tapó el disparo como pudo.

Un par de minutos después llegaba el tanto blanquiverde, con Moha entrando por la derecha y haciendo valer su portento físico con un potente pase raso que un rival termina metiendo en su portería. Gol de la tranquilidad ante un viejo conocido.

Se vino arriba el B y Vera puso a prueba al meta con un potente disparo de lejos del área que acabó en córner sin consecuencias. Un remate de Quiles y un zurdazo de Traoré pudieron aumentar el marcador antes del descanso.

SOBRESALTOS TRAS EL DESCANSO

La segunda comenzó con varios sobresaltó para el filial. Un pérdida incomprensible de Jordi Ortega en la salida propició que Carlos Martínez se la dejase a Manu Onwu, interior diestro, para plantarse solo ante Vito, que supo aguantar para ganarle la partida al banda. Solo una jugada después, de nuevo el interior diestro solo tenía que buscar portería, pero se pasó ajustando y, con todo a favor, su disparo se fue desviado. La réplica, una contra de Moha en la que se pasó de individualista cuando tenía a Vera implorándole el balón.

Pero el Lorca apretaba y el B comenzaba a mostrarse nervioso, aquello que hablaba el anterior técnico de la ansiedad. Y, para colmo, el partido no estaba ni mucho menos cerrado. De hecho, Chumbi, el delantero rival, pudo poner las tablas de no ser por otra manopla de Marc Vito.

David Moreno por Vera fue la respuestas desde el banquillo y, desde el campo, un remate mordido de Fran Serrano -que volvió a hacer una actuación como las de antes-- a las manos del meta, una contra mal ejecutada por Sebas Moyano y un revuelo en el área lorquina sin consecuencias.

Con más de 20 minutos por delante, Losada sacó a Sebas Moyano para dar entrada a Leto de carrilero. El B salía a arreones y Moha pudo hacer el segundo, pero Dorronsoro tapó bien el disparo. Pero donde nada pudo hacer el meta rival es en el córner posterior cuando Pablo Vázquez le remató escasamente a un metro con un cabezazo incontestable para poner la tranquilidad.

Posiblemente solo necesitaba eso, algo de tranquilidad. Y pese a los cambios en la estructura de club, el B tuvo temple para aguantar el par de llegadas del rival y tuvo ambición para matar el partido. Primero, David Moreno llegando desde la izquierda ponía en el marcador el mejor resultado del B. Poco después, un jugadón del filial para acabar con un buen control de barcelonés en el área y, con mucha tranquilidad, batir al meta para poner el 4-0.

Buen arranque de Carlos Losada para hacer buena la conquista del Romano, comandado aún por Carrión, y mejorar en sensaciones.