El caso de Paulinho es especialmente peculiar. El club lo trajo en el mercado invernal, pero no lo llegó a tildar como un refuerzo más, sino que lo consideró como una apuesta de futuro. La idea es que se ejercitara con la primera plantilla y así fuera adquiriendo las capacidades físicas y tácticas para jugar en Segunda División, ya de cara a la próxima temporada. Pero el bajón deportivo que ha sufrido el equipo, con varios jugadores lejos de su mejor nivel de forma, ha provocado que muchos aficionados miren al brasileño, al que Berges dio algunos minutos en Liga, aunque de forma testimonial, ante el Castilla. La hinchada tiene ganas de verle, pero antes Berges y ahora Esnáider no han dejado de mostrarse cautos. Eso sí, las primeras impresiones del nuevo técnico han sido positivas. "Ha entrenado muy bien, mejor que la semana pasada, lo he visto más; es un jugador más de la plantilla y será utilizado en función de lo que elijamos en cada partido, pero por ahora las sensaciones son gratas".

De seguir esta progresión, quizá Paulinho pueda jugar algo más que los 25 minutos de los que dispuso ante el Castilla, algo que al menos serviría para alegrar a la afición.