La derrota de Roberto Bautista Agut ante Thomaz Bellucci (6-4, 3-6, 6-3 y 6-2) certificó ayer el hundimiento del tenis español en la Copa Davis, descendido del Grupo Mundial diecinueve años después. Tras coquetear ya el pasado año con la permanencia, que amarró gracias a una contundente victoria ante Ucrania en la Caja Mágica de Madrid, con Rafael Nadal al frente en la eliminatoria por la salvación, el conjunto ahora capitaneado por Carlos Moyá ha sido incapaz de contener el fracaso.

España salió malparado de Sao Paulo, a donde acudió con un equipo de circunstancias. Sin ninguno de sus principales bazas. El equipo acudió a un escenario tradicionalmente complicado, con el objetivo en juego a domicilio. Sin sus tres mejores jugadores, como Nadal, Ferrer o Robredo. Tampoco sin otros como Fernando Verdasco, Feliciano López o Nicolás Almagro.

Además, Moyá perdió a última hora a Marcel Granollers, una garantía en el dobles con Marc López. Tuvo el capitán que montar un cuarteto con debutantes. Roberto Bautista Agut y Pablo Andújar, responsables de los partidos individuales, no estuvieron a la altura esperada. El dobles, como David Marrero y Marc López, tampoco pudo adueñarse de un punto clave.