El momento de inflexión que ha surgido tras la última derrota en casa ha precipitado muchos movimientos en el Córdoba. El primero, y que afectará a la parcela técnica, consiste en retomar la idea de dotar al organigrama deportivo de la figura de un máximo responsable, algo que ya antes del inicio de esta temporada tuvo en mente el presidente Carlos González.

De nuevo, el nombre del exdirector deportivo del Tenerife Pedro Cordero surge con fuerza. Desde hace meses es el profesional que busca el club blanquiverde, en una relación guadiánica que podría cuajar en las próximas horas. Si falla, hay otros nombres en la agenda, incluso cordobeses al igual que el pasado mes de mayo, como ya informó este periódico.

Su figura se antoja clave de cara a la reapertura del mercado, dado que es evidente que el club acudirá a reforzar la plantilla, al menos en dos líneas: delantera y defensa, sin que se descarten otros movimientos teniendo en cuenta el rendimiento de los jugadores de aquí hasta entonces.

LA OTRA DISYUNTIVA Otra situación que preocupa es la marcha del equipo. A pesar de que en los últimos días se ha generado un movimiento de apoyo en torno a la figura del técnico Pablo Villa, después de que este periódico publicase el domingo que alguien muy cercano al entrenador dijo en una conocida red social que sería destituido si perdía este domingo en Zaragoza, desde el club, hasta el día de ayer, los mensajes han sido de calma, salvo la lógica preocupación por la situación que atraviesa el equipo en las últimas nueve jornadas de Liga (con 9 puntos de 27 posibles), lo que ha cuestionado la labor del técnico.

Ayer, a la vuelta a los entrenamientos en el municipal de El Carpio, tanto a Pablo Villa como a sus jugadores se les vieron muy tranquilos y centrados en su trabajo y al margen de los comentarios de la calle.