Gloria Fuertes llega, en el centenario de su nacimiento, al madrileño Centro Cultural Fernán Gómez con una exposición «viva y actual» que muestra su vida y legado a través de sus poemas autobiográficos, algunos inéditos, fotografías y objetos personales que contextualizan la obra de esta «poeta de guardia». «Ella misma cuenta aquí cómo era su vida, lo que pensaba, lo que sentía y lo que escribía», explicó ayer en la inauguración de Gloria Fuertes, centenario la comisaria de la exposición, Paloma Porpetta. Una muestra que sigue la vida de Fuertes (Madrid, 1917-1998) a través de su propia producción, desde su más conocida poesía infantil hasta sus versos adultos, que se quieren reivindicar en este centenario.

El acto, que comenzó con una lectura del poema Poeta de guardia, inauguró así esta muestra, que se podrá visitar hasta el 14 de mayo y con la que arrancan los homenajes a la poeta programados para este año, aunque esta primera exposición «no tiene un aire funeral o de homenaje póstumo, sino un aire vivo y actual», dijo Porpetta.

Estructurada en orden cronológico y con los fondos originales, algunos de ellos inéditos, de la Fundación Gloria Fuertes, que Porpetta preside y dirige, la exposición se divide en seis bloques, desde el nacimiento de la poeta en el barrio madrileño de Lavapiés en 1917, hasta su «despedida» en 1998. Y todo ello a través de los poemas autobiográficos de la autora, dibujos de cómo recordaba su casa de la calle Espada, objetos personales como una máquina de escribir y fotografías que contextualizan su producción literaria porque «es muy importante» saber por qué Fuertes escribía como lo hacía. «Gloria escribe así porque nace en Madrid, porque vive lo que vive», apuntó Porpetta sobre la trayectoria de la poeta, que vivió la guerra civil y la posguerra española.