El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó ayer la inclusión del Convento de Santa Cruz como monumento en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. De este modo, el cenobio, que comenzó a construirse en el siglo XV, cuenta con una protección que afecta también a los inmuebles y los espacios públicos colindantes, aunque el delegado de Cultura, Joaquín Dobladez, afirmó que la conservación sigue correspondiendo a la Iglesia, que es su propietaria.
Este conjunto se extiende sobre unos 6.000 metros cuadrados en el barrio de San Andrés, en la calle Agustín Moreno, e integra elementos arquitectónicos romanos, árabes, mudéjares y barrocos. Además, cuenta con valiosos retablos, azulejería, obras escultóricas y pictóricas a los que también afecta la protección. A pesar de esto, algunas zonas del convento se encuentran en estado ruinoso e incluso hace dos años las clarisas franciscanas que lo habitaban llegaron a anunciar que cerraría, porque no podían hacer frente a la hipoteca y el alto coste de su conservación. Después de esto Cajasur aprobó el aplazamiento del pago de las cuotas hipotecarias hasta este año y la abadesa, Sor Clara Moya, fue relevada.
TESOROS El convento de las clarisas franciscanas cuenta con distintas edificaciones, entre las que sobresalen la iglesia, el claustro principal, la casa mudéjar, la casa de las novicias y la barroca, así como un amplio espacio dedicado a huerto. Algunos de los elementos decorativos más valiosos son el Retablo de Belén, compuesto por 11 pinturas flamencas y una talla anónima de la Virgen de Belén; y el claustro, que tiene en sus columnas elementos romanos y mudéjares reutilizados, y techos cubiertos con alfarjes del siglo XV. Asimismo, la casa mudéjar es un ejemplo de la arquitectura doméstica de los siglos XV y XVI; y la casa de las novicias es de estilo barroco. La casa barroca contiene en la fachada de su segunda planta "uno de los pocos ejemplos de pintura mural aplicada a la arquitectura que se conservan en Córdoba", según informa la Junta. El convento también alberga obras escultóricas y pictóricas de los siglos XVII y XVIII.
