El director del Museo de Bellas Artes, José María Palencia, presentó ayer junto a la delegada de Educación, Cultura y Deporte de la Junta, Manuela Gómez, la exposición Huellas sefardíes , que recuerda la impronta de la cultura hebrea en la ciudad. Un cuadro de 1878 de Rafael Romero Barros, titulado Un recuerdo de Africa. Novia sefardí , se erige como obra principal de la exposición y lo acompaña un ajuar de novia judía, cedido por la Casa de Sefarad.

Con esta exposición, el Museo de Bellas Artes pretende recordar también la "figura de la familia Romero de Torres como impulsora de la recuperación de la Sinagoga judaica", señaló el director del museo, José María Palencia. Por un lado, "Rafael Romero Barros alertó en más de una ocasión, a través de la prensa local de la época, del deterioro del edificio superpuesto al templo religioso" y, por otro, su hijo, Enrique Romero de Torres, que "continuó su labor", añadió el director.

El artista explicó en uno de sus artículos la historia que encierra su cuadro. "Una leyenda árabe sobre Zaira", explicó Palencia, una mujer enamorada de un esclavo al que mató el príncipe que se había prometido con ella. Sin embargo, "el título del cuadro es contradictorio", continúa Palencia, porque para plasmar en el lienzo a la mujer "el pintor se inspiró en unos grabados de la Ilustración que calificaban de africano el atuendo de la novia, cuando en realidad es un traje judío". Junto a este cuadro, la exposición también se compone de cuatro grabados, prestados por la Consejería de Cultura, obras del artista Jesús Tejedor, que además inspiran otros tantos cantares tradicionales sefardíes.

Además, como complemento a la muestra, Palencia adelantó que el 19 de junio el director de la Casa de Sefarad dará una conferencia donde se interpretarán los cantares de los grabados y se hablará de la artesanía con hilo de oro, "una técnica que todavía no se ha perdido" en el sector textil sefardí y que sirvió para bordar el traje de novia que acompaña al cuadro de Rafael Romero Barros.