Con el descubrimiento de una placa en la que se recuerda a los 16 ciudadanos de Posadas muertos en el campo de concentración de Mauthausen, en una cita que reunió en la plaza de los Lavaderos a centenares de personas, concluyeron ayer los actos que desde el día 17 de marzo se han venido celebrando en la localidad malena.

La placa fue descubierta por los familiares de los desaparecidos, quienes depositaron una corona de flores bajo una lápida. Previo a ello, en la noche del lunes, uno de los miembros de la asociación Amical Mauthausen, Enric Marco, había ofrecido una conferencia en la que fue desmenuzando su experiencia de 270 días en el campo de Floseenburg.

Marco explicó el porqué de su llegada a los campos alemanes, como joven republicano que quería combatir el fascismo, asegurando que fue precisamente la juventud y las ganas de vivir lo que le ayudó a resistir la experiencia. Contó con todo lujo de detalles las vejaciones a que eran sometidos los prisioneros, con la intención, asegura, de "anularlos como personas. Nos quitaban la libertad y la vida". Así explicó los procesos de desinfección, los rapados de todas las partes del cuerpo, los destinos que se daban a los restos humanos o los intentos baldíos de algunos por escapar, bien por tirándose por un precipicio en el que trabajaban, bien intentando saltar infructuosamente la alambrada eléctrica. Explicó además los distintivos que les colocaban a cada uno según su origen. A los españoles les correspondió un triángulo azul, en el que se indicaba que eran "apátridas, porque Franco nunca nos reconoció como ciudadanos españoles".

La conferencia se completó con la proyección de la película Noche y niebla , de Alain Resnais, en la que se hace un recorrido con imágenes recientes y documentos de la época por el interior de un campo, mostrando espeluznantes secuencias del trato que recibían los deportados.