El Ayuntamiento de Iznájar presentó anoche a profesionales, colectivos sociales y vecinos de la comarca su Plan Estratégico de Turismo Sostenible, la iniciativa que guiará la proyección turística del municipio de la Subbética con el año 2025 como horizonte y con la que se pretende hacer de la naturaleza y la cultura la base sobre la que pivote la dinamización local.

En la elaboración del plan, promovido por el Ayuntamiento y redactado por empresas especializadas, han participado cerca de un centenar de agentes públicos y privados, entre ellos el propio Ayuntamiento, la Mancomunidad y la Diputación, así como empresas de actividades turísticas y de restauración, hoteles, cooperativas y buena parte del tejido asociativo. Con el lema Iznájar 2025. Entre agua y olivos, el plan estratégico propone la creación de un modelo de turismo sostenible basado en el embalse, el olivar, la villa y sus aldeas. Para ello, el documento refleja la necesidad de contar con profesionales especializados en el sector turístico que promuevan «una amplia oferta de experiencias singulares» y propone desterrar las acciones dispersas de promoción y venta en favor de una estrategia global de comunicación, márketing y comercialización. El objetivo es contar en una década con un modelo de «turismo vivencial», que facilite el conocimiento de los recursos naturales del entorno promoviendo la relación del visitante con la población local.

En el diseño de la estrategia se han establecido siete retos, y en torno a ellos se han fijado sus fortalezas y debilidades para actuar sobre ellas. Los recursos naturales y culturales conforman el primero de los ejes de trabajo. Iznájar cuenta con un gran potencial vinculado al olivo, con almazaras para vender aceite y buena calidad de los productos derivados del olivar, así como con el embalse más grande de Andalucía, que propicia no solo la pesca y los deportes náuticos, sino también el senderismo; sin embargo, las rutas son de difícil acceso, al paraje de Valdearenas se le saca poco rendimiento y existe poca información respecto al olivar y el aceite. En cuanto a los recursos culturales, la variedad de aldeas y núcleos rurales con que cuenta el municipio hace aconsejable mejorar el concepto de «pueblo blanco», así como recuperar en la restauración los platos típicos locales. Otro de los ejes en los que se actuará hace referencia a los equipamientos. En este punto se destaca que, pese a la escuela náutica, el centro de interpretación del embalse, instalaciones deportivas e incluso la oficina turística, existe una excesiva estacionalidad que se concentra en Semana Santa y verano y debe ampliarse para sacar partido a la amplia oferta de alojamiento rural (cerca de 90 casas). En cuanto a los productos, el plan estratégico propone la creación de paquetes turísticos que integren a diversos proveedores y un mayor trabajo de la información turística con los alojamientos, así como más coordinación de horarios.

La promoción y comercialización es otro de los aspectos sobre los que se trabajará, promocionando Valdearenas como espacio de acampada y buscando la presencia de los productos turísticos locales en canales de venta como agencias y touroperadores, asistiendo a ferias y lanzando campañas promocionales.

PUEBLO BLANCO// Asimismo, se abordará el ordenamiento urbano para facilitar la rehabilitación o construcción de nuevos alojamientos rurales y la recuperación de casas en el núcleo de Iznájar «con directrices de identidad urbanística», incidiendo en la idea de «pueblo blanco». Para que todo esto funcione se considera imprescindible la coordinación entre las administraciones y el sector privado, que deben «caminar de la mano». Así lo afirmó en la presentación del plan el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, quien apeló al «papel protagonista» de Iznájar y la Subbética en el potencial turístico de la provincia.