Los olivareros de Lucena están alarmados por los que consideran ruinosos precios de la aceituna de verdeo, pese a encontrarse ante una de las cosechas más escasas de las últimas décadas. No entienden que se estén pagando entre 39 y 42 céntimos de euro el kilo de aceituna de mesa mientras que los precios de la recogida ya superan a veces más del 60% de esta cifra.

Los olivareros, preocupados asimismo por la adversa climatología, escasa en lluvias y con unas altas temperaturas que no son nada normales para estas fechas, denuncian que por este motivo se va a quedar aceituna en el campo, fruto que no se podrá recoger, ya que en algunos casos cuesta más la recogida que lo que se cobra por su venta. Insisten en que la cosecha del olivar lucentino será extraordinariamente corta, entre un 75% y un 80% inferior de la del pasado año, en el que se batió el récord en las plantaciones, que actualmente superan ya las 30.000 hectáreas de superficie, lo cual convierte a Lucena en uno de los municipios olivareros más importantes del mundo.

Los agricultores aseguran que están decepcionados por el hecho de que en muchos casos están vendiendo aceitunas por debajo de los costes de producción y que la situación no cambia, pese a que se está llegando a nuevos mercados. Los olivareros afirman que de nuevo el problema está en la cadena de distribución, que termina imponiendo estos precios tan bajos.

Algunos olivareros han optado por dejar la aceituna para la campaña de molino, que se presenta poco esperanzadora. Pero además, temen que puedan perder la cosecha debido a los robos de fruto. La escasísima cantidad de aceituna de este año tendrá unas consecuencias nefastas para el empleo y hará materialmente imposible que la ciudad pueda bajar de los 5.000 parados. Sin embargo, el año pasado la recogida de la aceituna tuvo una incidencia muy positiva en la economía local.