La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a un profesor de guitarra a diez años de prisión por dos delitos continuados de abuso sexual cometidos sobre dos alumnas menores de edad. Además, le impone prohibición de aproximarse o comunicar con las víctimas durante cinco años; la pena de libertad vigilada durante ocho años por cada delito a partir del cumplimiento de la pena de prisión; inhabilitación para el ejercicio de la enseñanza durante una década, y lo condena a indemnizar a cada una de las menores con 6.000 euros.

El tribunal considera probado que el acusado, que trabajaba como profesor de guitarra en el Conservatorio Elemental de Música de Priego, aprovechando que la clase estaba aislada de otras y solo tenía como alumnas a dos pequeñas de 11 y 10 años de edad, sometió a las mismas a abusos sexuales a lo largo del curso 2012-13. Así, les realizó "tocamientos y frotamientos en sus genitales y en los glúteos, siempre por encima de la ropa", unos hechos que cometió "casi todos los días que tenían clase (un día a la semana) durante el primer y segundo trimestre del curso". En concreto, según la sentencia, el acusado aprovechaba para hacerles los tocamientos cuando estaban tocando la guitarra, salían a la pizarra o mientras sacudían el borrador en una ventana.

El tribunal entiende que las menores han narrado "con claridad" los abusos sexuales y que han mantenido su relato desde que denunciaron los hechos ante la Guardia Civil, "lo cual refuerza la credibilidad de los datos aportados". Además, señala la sentencia que, aunque el profesor ha negado haber cometido abuso sexual alguno, al declarar admitió que al ser advertido del propósito de los padres de denunciarlo mantuvo una conversación telefónica con una de las madres a la que "le habría dicho que podría organizarse la clase para que no se tocasen".

UN AULA CHICA COMO EXCUSA "El que admitiera la posibilidad de dichos contactos, que vendrían dados, según él, por el reducido tamaño del aula, ofrece --según el tribunal-- una corroboración indirecta de lo que las niñas sostienen, pues no parece descartar el acusado roces" con ellas. Además, el director del conservatorio, añade la sentencia, descartó que el tamaño de la clase justificase dichos contactos. "En suma --concluye-- en lo narrado por las menores está la verdad de lo acontecido". El tribunal considera, por último, que el acusado "se aprovechó de la superioridad que le otorgó su condición de profesor".