"Los recortes están empezando a repercutir en las listas de espera"

TRAYECTORIA: AUNQUE ESTUDIÓ MEDICINA EN SEVILLA, LLEVA VINCULADO A CÓRDOBA DESDE 1983 QUE OBTUVO SU PLAZA DE MÉDICO EN POSADAS. PRESIDENTE DEL COLEGIO DE MÉDICOS DE CÓRDOBA (2007/09) Y DESPUÉS SECRETARIO A NIVEL NACIONAL

La vocación de médico de Serafín Romero Agüit, inédita en su familia, se reforzó cuando comprobó que la medicina ayudaba a salvar vidas, a tratar enfermedades como la que sufrió su madre. Aunque nació en Sevilla, este facultativo lleva vinculado a Córdoba desde que inició su trayectoria profesional hace 30 años en Posadas. Su hija también es médica de familia. En el año 2001 Serafín Romero resultó elegido secretario del Colegio de Médicos de Córdoba, en la etapa de Jesús Aguirre como presidente. Luego ocupó el puesto de Aguirre desde el 2007 y hasta el 2009, año en el que Romero salió elegido secretario del Consejo General de Colegios de Médicos, cargo que acaba de dejar para asumir la vicepresidencia de la entidad.

--¿Cómo valora su etapa como secretario de los colegios de médicos de toda España?

--Mi incorporación como secretario coincide con un cambio de rumbo e impulso en la Organización Médico Colegial (OMC) por la llegada de un nuevo presidente, Juan José Rodríguez Sendín. Entre todos hemos conseguido incrementar la visibilidad de la OMC que, como representante de la profesión médica, sea un referente social que dé explicaciones de lo que ocurre en nuestro sector (análisis de la demografía médica, observatorio de las agresiones a facultativos e impulso de la formación médica continuada de los colegios de médicos). En esta situación de crisis esta institución ha antepuesto al paciente por encima de otros intereses. Hemos tenido que dar un paso al frente, para que las medidas del Gobierno central o de las administraciones autonómicas repercutieran lo menos posible en un sistema sanitario público referente, sistema que se había vendido como la joya de la Corona y que de repente se convirtió en el culpable de la crisis.

--¿Qué le parece la obligatoriedad de estar colegiado?

--En base a la ley Omnibus, que liberalizaba los servicios profesionales, se había considerado que la colegiación profesional era libre, lo que atentaba contra el deber deontológico de controlar las profesiones sanitarias mediante la colegiación, como si fuera un plus de compromiso con la sociedad. Otro ejemplo de ese compromiso es el Paime (Plan de Atención Integral al Médico Enfermo), que desarrollan los colegios de médicos. Podemos tener problemas de mala praxis si los propios facultativos no desarrollamos un programa específico de ayuda a los médicos para evitar posibles riesgos a los ciudadanos. Existe la necesidad de que se acredite que un médico tiene la titulación y que sobre él no pesa expediente alguno, lo que es una garantía para el ciudadano. La futura Ley de Colegios Profesionales debe velar por este control.

--El programa Paime va a cumplir ahora 13 años.

--Sí, el colegio de Córdoba fue de los primeros en implantarlo. El programa ha servido para explicar a la sociedad que los médicos enfermamos y que los colegios les ofrecen ayuda para volver a la práctica en las mejores condiciones.

--El colegio de Córdoba también ha luchado mucho contra las agresiones a profesionales sanitarios.

--Sí. Córdoba ha sido referente en el abordaje del Paime y de las agresiones, ya que en ambos ámbitos hemos logrado tener complicidad con la administración sanitaria andaluza. Entre todos (administración, colegios profesionales y sindicatos) se creó el plan estratégico contra las agresiones, que aunque no ha logrado erradicarlas sí sirvió para crear conciencia y para reducir la afectación de los profesionales. A nivel nacional, la OMC puso en marcha el Observatorio de las Agresiones para contabilizar los casos, el tipo de agresor y a qué profesionales afectaba más. Se han analizado más de 110 sentencias, lo que refleja que el 70% de las agresiones que se comunican a los colegios se denuncian. Otra cosa es que luego se logre una sentencia condenatoria. Aún hay profesionales que no consideran el insulto una agresión y ámbitos en los que el profesional tiene miedo a represalias y no denuncia. Los compañeros que dan el paso y denuncian contribuyen a actuar contra las agresiones.

--¿En qué situación se encuentra la profesión médica? ¿Existe mucha fuga de cerebros?

--La profesión médica, como el resto, está sufriendo la crisis. No así el reconocimiento de la labor médica que sigue manteniendo el nivel más alto con respecto al resto de profesiones. Los recortes se reflejan en la reducción de sueldo y la no cobertura de jubilaciones ni bajas. Además, los recortes están empezando a repercutir en las listas de espera y calidad de la atención. Sobre los profesionales en particular, los médicos ponen al paciente por encima de todo, a pesar de la crisis, pero están desbordados por la exigencia y esto está repercutiendo en la formación de los doctores, de la que estábamos muy orgullosos. Estamos formando a unos médicos excelentes, muy apreciados fuera, y se nos están yendo, porque nuestro mercado no es capaz de resolver las necesidades. Se han efectuado recortes muy centrados en los recursos humanos, pero ha llegado el momento de revisar las estructuras y comprobar lo que no es eficiente. A nivel asistencial, y sobre todo de atención primaria, ya no se puede reducir más.

--¿Prosperará la idea de abrir un hospital privado?

--Parte del tiempo que estuve en el Colegio de Médicos lo dedicamos a impulsar el entonces único proyecto, que era el de Prasa. Tenemos un núcleo de profesionales muy competitivo que se dedica a la actividad privada en Córdoba, pero en la medicina privada no se debe ir solo, sino en entorno compartido. Hay cabida para un hospital privado más, aunque haya otros dos muy consolidados (Cruz Roja y San Juan de Dios). Formamos en nuestros hospitales a médicos que se ven abocados a irse de Córdoba, pero que podrían quedarse. Por otro lado, un hospital privado ayudaría a un proyecto de ciudad y provincia.